El Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció el domingo que examinará la forma en que las fuerzas policiales respondieron al tiroteo en una escuela de Texas, una inusual revisión federal propiciada por los interrogantes en torno a la cambiante y a veces contradictoria información que dieron las autoridades, algo que ha indignado a una comunidad conmocionada y dolida.
Anthony Coley, portavoz del departamento, dijo que la revisión se llevará a cabo de forma justa, imparcial e independiente, y que sus hallazgos serán dados a conocer.
El anuncio fue hecho mientras el presidente Joe Biden visitaba Uvalde, donde él y la primera dama Jill Biden presentaron sus condolencias ante un monumento conmemorativo improvisado a los 19 niños y dos maestras asesinados el martes en la Escuela Primaria Robb.
El objetivo de la revisión solicitada por el alcalde es “proporcionar una versión independiente de las acciones y respuesta policiales ese día, y para identificar las lecciones aprendidas y las mejores prácticas con el fin de ayudar a los socorristas a prepararse para y responder a eventos en los que haya una persona armada disparando”, dijo Coley en un comunicado.
La Oficina de Servicios Policiales Orientados a la Comunidad, perteneciente al departamento, será la que manejará la revisión. Se desconoce cómo se llevará a cabo, si se obligará a funcionarios policiales a cooperar y cuándo podría quedar concluida.
Es algo poco usual que se lleve a cabo una revisión así: en general la mayoría de los reportes posteriores a lo sucedido son compilados por agencias policiales locales o grupos externos.
El Departamento de Justicia efectuó revisiones similares después de que 14 personas fueron asesinadas en un ataque terrorista en San Bernardino, California, en 2015, y tras la matanza en el club nocturno Pulse de Orlando, Florida, la peor agresión contra la comunidad LGBTQ en la historia de Estados Unidos, donde 49 personas fueron asesinadas y 53 resultaron heridas.
La frustración, la ira y las interrogantes en torno a la respuesta de la policía a la balacera en Uvalde se profundizaron el viernes, después de que las autoridades dieron a conocer que, a pesar de repetidas llamadas al teléfono de emergencias 911 de parte de alumnos y maestros, el jefe policial del distrito escolar le había dicho a más de una docena de agentes que aguardaran en un pasillo de la escuela. Funcionarios dijeron que él creía que el sospechoso se encontraba parapetado dentro de aulas adjuntas y que ya no estaba atacando a nadie.
Esa revelación provocó más dolor y generó nuevos cuestionamientos acerca de si se perdieron más vidas porque los agentes no actuaron con mayor prontitud para detener al joven de 18 años armado, que a la larga fue baleado de muerte por agentes tácticos de la Patrulla Fronteriza.
Biden no ha hablado públicamente sobre la respuesta policial a la matanza.
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