Gobiernos y organizaciones criticaron al gobierno de Estados Unidos por darle la espalda a la Corte Penal Internacional y acusarla de corrupción e ineficiencia.
El ministro de Asuntos Exteriores de Irán fustigó el martes a Washington al tuitear: “La tosquedad de este deshonesto régimen estadounidense parece no tener límites”.
El asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, John Bolton, puso en duda el lunes la legitimidad del tribunal con sede en Holanda, creado en 2002 para procesar crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y genocidio en áreas donde los perpetradores podrían no enfrentar a la justicia de otra manera. El tribunal tiene 123 Estados que reconocen su jurisdicción.
La difícil relación de Estados Unidos con la CPI se detuvo estrepitosamente después de décadas de sospechas de Washington hacia el tribunal y su jurisdicción global, que estallaron en una hostilidad abierta, en medio de amenazas de sanciones si la corte investigaba el papel de los militares estadounidenses en Afganistán.
CPI buscaría investigar a EE.UU.
El discurso de Bolton, en vísperas del aniversario de los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra suelo estadounidense, se produjo cuando se esperaba que un juez de la CPI anuncie pronto una decisión sobre una solicitud de los fiscales para abrir formalmente una investigación sobre las acusaciones de crímenes de guerra cometidos por las fuerzas de seguridad nacional afgana, los milicianos de la red Talibán y Haqqani y las fuerzas militares y de inteligencia de Estados Unidos en Afganistán desde mayo de 2003.
Las acusaciones contra Estados Unidos incluyen tortura y encarcelamiento ilegal.
“La Corte Penal Internacional amenaza inaceptablemente la soberanía estadounidense y los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos”, dijo Bolton a la Sociedad Federalista, un grupo de expertos conservador con sede en Washington, D.C.
Bolton también atacó a los esfuerzos palestinos para presentar cargos de crímenes de guerra contra Israel por sus políticas en Cisjordania, Jerusalén oriental y la Franja de Gaza.
Dijo que Estados Unidos usaría “todos los medios necesarios” para proteger a los estadounidenses y a los ciudadanos de países aliados, como Israel, “de un procesamiento injusto por parte de este tribunal ilegítimo”.
La Casa Blanca dijo que, en la medida en que lo permita la ley de Estados Unidos, el gobierno de Trump prohibiría la entrada a Estados Unidos de jueces y fiscales de la CPI, castigará sus fondos en el sistema financiero de Estados Unidos y los procesará en el sistema penal de Estados Unidos.
“No cooperaremos con la CPI”, dijo Bolton, antes de añadir: “a todos los efectos, la CPI ya está muerta para nosotros”.
En respuesta, la corte emitió una declaración el martes diciendo que es “una institución judicial independiente e imparcial” creada para “asegurar la rendición de cuentas por crímenes que conmocionan la conciencia de la humanidad”.