El gobierno de Donald Trump y los jefes republicanos en el Congreso intensificaron este miércoles la presión sobre los legisladores de su propio partido para que aprueben una reforma del sistema de salud que reemplazaría a la que fue promovida por el ex presidente Barack Obama.
Los demócratas criticaron severamente la medida, destacando que equivale a robar dinero a los pobres para darle a los ricos, y el ex vicepresidente Joe Biden vaticinó el fracaso de la gestión.
En un mitin frente al Capitolio, los demócratas denunciaron la intención republicana de derogar la reforma aprobada bajo el gobierno anterior. La nueva versión, aseveraron, eliminaría los aumentos de impuestos aplicados a gente acaudalada y a las grandes empresas, y reduciría la asistencia económica a gente de bajos ingresos además de limitar el alcance del programa asistencial Medicaid, que beneficia a retirados e indigentes.
La versión de Obama ampliaba la cobertura médica a 20 millones de personas, y exigía a las empresas a cubrir a los muy enfermos, a los hijos de familias hasta los 26 años y estipulaba cobertura para dolencias específicas como enfermedades mentales.