El arzobispo de Los Ángeles, José Gómez, un inmigrante mexicano, fue elegido el martes por mayoría abrumadora como el primer hispano en encabezar la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.
Gómez, de 67 años, fue vicepresidente de la conferencia durante los últimos tres años. En cuestiones religiosas es un conservador pragmático, pero respalda una política migratoria humanitaria que ofrezca una vía a la ciudadanía para muchos de quienes residen ilegalmente en Estados Unidos.
En agosto, cuando un hombre con odio hacia los mexicanos mató a 22 personas en un Walmart en El Paso, Texas, Gómez escribió una declaración contundente que condenó el racismo, recordando que el español se hablaba en Norteamérica antes que el inglés.
Gómez reemplaza al cardenal Daniel DiNardo, arzobispo de Galveston-Houston, cuya presidencia fue opacada por la crisis sobre los abusos sexuales cometidos por curas.