El gobierno de Donald Trump presentó al Congreso una ambigua lista de lineamientos para renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), con México y Canadá.
Las propuestas han decepcionado a quienes esperaban una mayor restructuración del pacto comercial que Trump describió como un desastre durante la campaña presidencial.
En una carta de ocho páginas al Congreso, el representante comercial encargado, Stephen Vaughn, indica que el gobierno estadounidense intenta iniciar las conversaciones con México y Canadá para hacer cambios al acuerdo que se implementó en 1994.
Trump y críticos afirman que el acuerdo es responsable por la pérdida de trabajos manufactureros porque permitió a las compañías llevar sus fábricas y plantas a México para aprovechar los bajos salarios.
La carta da pocos detalles, pero parece mantener la mayor parte del acuerdo existente, incluidos los tribunales privados que permiten a las compañías desafiar las leyes nacionales bajo el pretexto de que impiden el comercio, una disposición que según los críticos permite a las empresas evadir las leyes ambientales y laborales.
El borrador también incluye disposiciones que formaban parte del Acuerdo de Asociación Comercial Trans Pacífico (TPP por sus siglas en inglés), un pacto comercial de 12 naciones del Asia-Pacífico negociado por el gobierno de Barack Obama, pero rechazado por Trump alegando que podría perjudicar a los trabajadores estadounidenses.
"Nos falta mucho por hacer", dijo el senador demócrata por Ohio, Sherrod Brown, quien añadió que el presidente Trump "hizo grandes promesas a los trabajadores en Ohio" y que está dispuesto a trabajar con él para "que cumpla esas promesas o hacerlo responsable si no lo hace".
Reacciones
La crítica del TLCAN, Lori Wallach, directora de la organización activista Public Citizen's Global Trade Watch, calificó la carta como "una bofetada". Si ella representa el plan de Trump para mejorara el TLCAN, "el presidente ha roto sus promesas de campaña de hacer mejor el pacto para los trabajadores estadounidenses y tiene una acuerdo que no logrará la aprobación de la mayoría en el Congreso".
Sin embargo, Gary Hufbauer, miembro del Instituto Peterson para la Economía Internacional, un centro de investigaciones que defiende el libre comercio, dice que la carta deja abierta la posibilidad de que el gobierno de Trump comience a tomar posiciones más firmas una vez que hayan comenzado las conversaciones con Canadá y México.
El legislador republicano por Texas Will Hurd, cuyo distrito ocupa una gran parte de la frontera con México, felicitó los llamados de la Casa Blanca para restructurar el TLCAN a fin de que refleje el aumento del comercio electrónico. EE.UU. tratará de lograr compromisos de México y Canadá para no imponer aranceles a los productos digitales.
Muchos fabricantes estadounidenses tienen complicadas cadenas de abastecimiento que cruzan las fronteras del TLCAN y a ellos les preocupa que una restructuración del pacto pueda afectar sus operaciones.
La carta dice que uno de los objetivos de las nuevas conversaciones es mejorar las ganancias de los productores en el bloque comercial.
A los agricultores estadounidenses que también han disfrutado el mayor acceso al mercado mexicano por medio del acuerdo, una enmienda al pacto también buscaría beneficiarlos.
Pero, la vaguedad de la propuesta enviada al Congreso podría indicar que el gobierno de Trump todavía no ha determinado sus prioridades comerciales. Lejos de la retórica presidencial, asistentes legislativos han dicho que no está claro cuáles funcionarios del gobierno están formulando la agenda comercial.
Por un lado está el secretario de Comercio, Wilbur Ross, un inversionista multimillonario de quien Trump dice es "un magnífico negociador"; pero el presidente también creó la Junta Nacional de Comercio, liderada por el economista Peter Navarro, quien ha sugerido imponer aranceles a las importaciones a fin de recuperar trabajos industriales en Estados Unidos.
Está también Robert Ligthizer, un abogado propuesto para representante comercial de la nación, que espera ser confirmado por el Senado. De ser aprobado, sería quien encabezaría las conversaciones sobre un nuevo pacto.
La Casa Blanca dijo que no podía verificar la autenticidad de la carta, que fue obtenida por la agencia de noticias Associated Press y otras organizaciones de prensa.