Las aplicaciones se comercializan como educativas solamente y, por lo tanto, las regulaciones de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos no las reconocen como dispositivos médicos.
No hay que confiarse. Es necesario consultar a un dermatólogo. Una mala lectura podría retrasar el diagnóstico de lesiones potencialmente peligrosas.
"Por ahora, no existe nada que reemplace el examen completo de la piel que realizan los dermatólogos para detectar un melanoma u otros cánceres de la piel", dijo la doctora Karen Edison, dermatóloga de la Universidad de Missouri, que no participó del nuevo estudio.
"Mandarle una fotografía a un desconocido en algún lugar del mundo puede ser tranquilizante si la imagen muestra muy claramente que (la lesión) es benigna, de modo que es algo bueno -dijo-, pero puede ser peligroso en otras situaciones que no manejamos adecuadamente."
En el nuevo estudio, los autores utilizaron fotografías de 188 lesiones pre diagnosticadas (60 melanomas y 128 lesiones benignas) para verificar la precisión de cuatro aplicaciones para teléfonos inteligentes diseñadas para identificar melanomas en imágenes obtenidas previamente.
Tres de esas aplicaciones, que cuestan menos de cinco dólares, utilizan algoritmos para determinar si una lesión luce cancerosa. La cuarta envía imágenes a un dermatólogo matriculado por cinco dólares por lesión.
La aplicación más precisa de las tres primeras no reconoció 18 de los 60 melanomas y las clasificó erróneamente como de bajo riesgo, según publica en JAMA Dermatology el equipo de la doctora Laura Ferris, del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh, Pensilvania.
Los usuarios de estas aplicaciones "deben saber que es aceptar un gran riesgo -dijo Ferris-. Si se retrasa la extirpación o la evaluación de un melanoma, se vuelve más profundo, y con el tiempo crece la posibilidad de que se disemine y sea mortal."
La aplicación que incluye la evaluación de un dermatólogo funcionó mejor que el resto. Diagnosticó erróneamente una de cada 53 imágenes de lesiones cancerosas.
Tres aplicaciones clasificaron más de la mitad de las lesiones benignas, no cancerosas, como peligrosas.
No hay que confiarse. Es necesario consultar a un dermatólogo. Una mala lectura podría retrasar el diagnóstico de lesiones potencialmente peligrosas.
"Por ahora, no existe nada que reemplace el examen completo de la piel que realizan los dermatólogos para detectar un melanoma u otros cánceres de la piel", dijo la doctora Karen Edison, dermatóloga de la Universidad de Missouri, que no participó del nuevo estudio.
"Mandarle una fotografía a un desconocido en algún lugar del mundo puede ser tranquilizante si la imagen muestra muy claramente que (la lesión) es benigna, de modo que es algo bueno -dijo-, pero puede ser peligroso en otras situaciones que no manejamos adecuadamente."
En el nuevo estudio, los autores utilizaron fotografías de 188 lesiones pre diagnosticadas (60 melanomas y 128 lesiones benignas) para verificar la precisión de cuatro aplicaciones para teléfonos inteligentes diseñadas para identificar melanomas en imágenes obtenidas previamente.
Tres de esas aplicaciones, que cuestan menos de cinco dólares, utilizan algoritmos para determinar si una lesión luce cancerosa. La cuarta envía imágenes a un dermatólogo matriculado por cinco dólares por lesión.
La aplicación más precisa de las tres primeras no reconoció 18 de los 60 melanomas y las clasificó erróneamente como de bajo riesgo, según publica en JAMA Dermatology el equipo de la doctora Laura Ferris, del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh, Pensilvania.
Los usuarios de estas aplicaciones "deben saber que es aceptar un gran riesgo -dijo Ferris-. Si se retrasa la extirpación o la evaluación de un melanoma, se vuelve más profundo, y con el tiempo crece la posibilidad de que se disemine y sea mortal."
La aplicación que incluye la evaluación de un dermatólogo funcionó mejor que el resto. Diagnosticó erróneamente una de cada 53 imágenes de lesiones cancerosas.
Tres aplicaciones clasificaron más de la mitad de las lesiones benignas, no cancerosas, como peligrosas.