Boeing intentó el sábado aliviar las tensiones con los reguladores sobre el regreso de su 737 MAX, al decir que correspondía a la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés), y a sus homólogos internacionales aprobar los cambios en el avión tras dos accidentes.
La FAA dijo a su personal esta semana que se tomara el tiempo necesario para revisar el avión en tierra después de que Boeing afirmó que esperaba que la agencia certificara el 737 MAX a mediados de diciembre.
"Se han fijado algunos objetivos que todavía están en línea hasta diciembre...vinculados a la certificación", dijo Stan Deal, presidente ejecutivo de Boeing Commercial Airplanes, a periodistas.
"La FAA ha dicho que no va a fijar un plazo y nosotros vamos a seguirles en esto", dijo en una conferencia de prensa antes del Festival de Aviación en Dubái.
La previsión de Boeing para mediados de diciembre hizo que el precio de las acciones del fabricante de aviones se disparara el lunes, aunque la compañía también dijo que no ganaría la aprobación para los cambios en el entrenamiento de los pilotos hasta enero.
Autoridades estadounidenses dijeron en privado esta semana que el plazo de Boeing era muy ambicioso, si no poco realista, y no fue aprobado de antemano por los reguladores.
El viernes, el administrador de la FAA, Steve Dickson, indicó que la agencia decidirá por cuenta propia si el avión podrá volver a operar, luego de haberse visto involucrado en dos accidentes fatales en un plazo de cinco meses, en los que murieron 346 personas en Indonesia y Etiopía.
"Este esfuerzo no debe estar basado en calendarios o plazos", dijo Dickson en un memorando enviado a Reuters.