El gobierno de Donald Trump impuso el viernes nuevas sanciones a Irán, al tiempo que el secretario de Estado, Mike Pompeo, denunció la influencia creciente iraní durante una visita a Líbano.
El Departamento del Tesoro dijo que las sanciones abarcan a 31 científicos, técnicos y empresas que participan en los programas de investigación y desarrollo nuclear y misilístico.
Están afiliados a la Organización de Innovación e Investigación para la Defensa de Irán.
Catorce personas, incluido el titular de la organización, y 17 operaciones subsidiarias se ven afectadas por las sanciones.
El anuncio coincidió con la presencia en Beirut de Pompeo, quien advirtió a las autoridades libanesas que pongan coto a la influencia de Jezbolá, el movimiento respaldado por Irán. Dijo que Jezbolá es una organización terrorista a la que no se le debe permitir fijar políticas o ejercer poderes a pesar de su presencia en el parlamento y el gobierno libanés.
Las sanciones congelan los bienes que posean los afectados en jurisdicciones estadounidenses y prohíben a ciudadanos estadounidenses realizar transacciones con ellos. Pero altos funcionarios dijeron que bajo esas sanciones, los sujetos se vuelven "internacionalmente radiactivos", ya que quien mantenga negocios con ellos sufrirá las penalidades de Estados Unidos bajo las llamadas sanciones secundarias.
Éstas, que se aplican a empresas e individuos extranjeros, pueden incluir multas, pérdida de presencia en la economía estadounidense, congelamiento de bienes y prohibiciones de viaje. Los funcionarios dijeron que la amenaza de las sanciones limitará significativamente la capacidad de los sancionados de salir de Irán, participar de conferencias de investigación u obtener otros empleos.
La medida es desusada porque las sanciones no se basan en lo que están haciendo actualmente los sujetos comprendidos en ellas, sino en su trabajo anterior en el desarrollo de armas nucleares y la posibilidad de que ocupen puestos relevantes en cualquier intento iraní de reanudar el programa. Irán se comprometió a no reanudar tareas relacionadas con la fabricación de armas atómicas bajo el acuerdo nuclear de 2015, y la agencia atómica de la ONU ha certificado su cumplimiento.
Pero Estados Unidos se retiró del acuerdo el año pasado y Trump ha vuelto a imponer sanciones.