Judy Gross, la esposa del subcontratista estadounidense preso en Cuba desde diciembre de 2009, pidió al presidente Barack Obama que le ayude a conseguir su excarcelación, designando un enviado especial.
"Presidente Obama le urjo a que haga lo que sea para resolver este caso", dijo Gross este viernes durante una rueda de prensa.
A tres días de cumplir tres años de estar preso en Cuba, las autoridades cubanas insisten en que el contratista estadounidense de 63 años goza de muy buena salud y que considerar su “libertad no es realista”.
A través de su oficina en Washington, el gobierno cubano envió una carta al Senado de EE.UU., que fue divulgada el jueves en la noche, en respuesta a la petición que hicieran los legisladores de liberar a Gross por razones humanitarias debido a su deteriorado estado de salud.
La carta llega un día después que la portavoz del departamento de Estado, Victoria Nuland señalara que EE.UU. no reconoce el diagnóstico que entregó el gobierno cubano sobre la salud de Gross.
El Departamento de Estado dijo este viernes que el caso Gross es prioritario para EE.UU.
“Es de una alta prioridad para el gobierno de EE.UU. y no es comparable de ninguna forma con el de los cinco agentes cubanos. Cuatro de los denominados ‘Cinco’ purgan
sentencias carcelarias por cometer delitos en EE.UU. como parte de
una unidad de inteligencia cubana", dijo William Ostick, un portavoz del Departamento de Estado.
En el reporte médico descartan que Gross tenga cáncer y afirman que la reducción de peso responde a una rutina de ejercicios y una dieta balanceada que de manera voluntaria está siguiendo el detenido, quien purga una sentencia de 15 años por delitos contra el estado cubano por distribuir material de comunicaciones prohibido.
En la misiva enviada por el nuevo encargado de la Sección de Intereses de Cuba en Washington, José Ramón Cabañas, explica que el gobierno cubano “es sensible a las preocupaciones humanitarias asociadas con este caso y ha expresado al gobierno de EE.UU. su voluntad de encontrar una solución humanitaria recíproca que también tome en cuenta" las preocupaciones de "suma importancia" para la isla.
En ese sentido, señaló que "el exigir y esperar que el gobierno cubano tome la decisión unilateral de poner en libertad al señor Gross sin dar consideración alguna a las preocupaciones legítimas de nuestro país, no es realista".
"No puedo y no permitiré que mi esposo muera en una prisión en Cuba", dijo Judy Gross, quien insistió en que es "la obligación del Gobierno de EE.UU." continuar presionando para su puesta en libertad.
"Presidente Obama le urjo a que haga lo que sea para resolver este caso", dijo Gross este viernes durante una rueda de prensa.
A tres días de cumplir tres años de estar preso en Cuba, las autoridades cubanas insisten en que el contratista estadounidense de 63 años goza de muy buena salud y que considerar su “libertad no es realista”.
A través de su oficina en Washington, el gobierno cubano envió una carta al Senado de EE.UU., que fue divulgada el jueves en la noche, en respuesta a la petición que hicieran los legisladores de liberar a Gross por razones humanitarias debido a su deteriorado estado de salud.
La carta llega un día después que la portavoz del departamento de Estado, Victoria Nuland señalara que EE.UU. no reconoce el diagnóstico que entregó el gobierno cubano sobre la salud de Gross.
El Departamento de Estado dijo este viernes que el caso Gross es prioritario para EE.UU.
“Es de una alta prioridad para el gobierno de EE.UU. y no es comparable de ninguna forma con el de los cinco agentes cubanos. Cuatro de los denominados ‘Cinco’ purgan
sentencias carcelarias por cometer delitos en EE.UU. como parte de
una unidad de inteligencia cubana", dijo William Ostick, un portavoz del Departamento de Estado.
En el reporte médico descartan que Gross tenga cáncer y afirman que la reducción de peso responde a una rutina de ejercicios y una dieta balanceada que de manera voluntaria está siguiendo el detenido, quien purga una sentencia de 15 años por delitos contra el estado cubano por distribuir material de comunicaciones prohibido.
En la misiva enviada por el nuevo encargado de la Sección de Intereses de Cuba en Washington, José Ramón Cabañas, explica que el gobierno cubano “es sensible a las preocupaciones humanitarias asociadas con este caso y ha expresado al gobierno de EE.UU. su voluntad de encontrar una solución humanitaria recíproca que también tome en cuenta" las preocupaciones de "suma importancia" para la isla.
En ese sentido, señaló que "el exigir y esperar que el gobierno cubano tome la decisión unilateral de poner en libertad al señor Gross sin dar consideración alguna a las preocupaciones legítimas de nuestro país, no es realista".
"No puedo y no permitiré que mi esposo muera en una prisión en Cuba", dijo Judy Gross, quien insistió en que es "la obligación del Gobierno de EE.UU." continuar presionando para su puesta en libertad.