Un abogado que representa a la familia de una migrante hondureña transgénero que murió mientras estaba detenida por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) de Estados Unidos dice que la mujer no recibió atención médica adecuada y fue maltratada físicamente.
El abogado de derechos cívicos Andrew Free dio a conocer los detalles de una autopsia independiente esta semana que reveló severos moretones junto a las costillas de Roxsana Hernández que no eran evidentes externamente, contusiones en la espalda y lesiones alrededor de las muñecas que muy probablemente fueron causadas por esposas.
La autopsia concluyó además que Hernández murió casi seguramente de una severa deshidratación complicada por VIH.
Free está trabajando con el Transgender Law Center, con sede en California, para ayudar a la familia de Hernández. Presentó un aviso de intención de demandar por la muerte, diciendo que solicitó documentos de varias agencias federales sobre las condiciones en que fue mantenida la mujer.
"No descansaremos hasta que aquellos responsables por el sufrimiento de Roxsana sean castigados y hasta que los sistemas de opresión que llevaron a su abuso sean abolidos".
Las autoridades de inmigración dicen que Hernández no fue maltratada cuando estaba detenida y que cualquier acusación en ese sentido es falsa.
Hernández llegó a Estados Unidos a principios de año como parte de una caravana de centroamericanos solicitantes de asilo. Fue detenida en San Diego y más adelante transferida a El Paso, Texas, antes de ser llevada al Centro de Detenciones del Condado Cibola, en el oeste de Nuevo México.
Hernández, de 33 años, murió el 25 de mayo en un hospital en Albuquerque donde fue ingresada tras mostrar síntomas de neumonía, deshidratación y complicaciones asociadas con el VIH, dijeron las autoridades federales.
La autopsia oficial fue conducida por la Oficina del Investigador Médico de Nuevo México. Ese reporte no ha sido completado aún.
La autopsia independiente fue realizada por Kris Sperry, un patólogo afincado en Georgia. Sperry ocupó titulares en el 2015 cuando renunció abruptamente como forense principal del estado luego que una investigación del diario Atlanta Journal-Constitution reveló que había aceptado más de 500 casos privados como experto forense pagado mientras trabajaba para el estado.
Una revisión de la muerte de Hernández por profesionales médicos del ICE confirmó que la mujer tenía un historial de VIH no tratado y que el personal del hospital que la trató no mencionó sospechas de maltrato físico.
Los activistas dicen que el centro de detenciones en Cibola tiene el mayor número de solicitantes de asilo y la única área en el país dedicada específicamente a mujeres transgénero. Dicen que los datos del gobierno muestran que los inmigrantes LGBT corren un riesgo 97% mayor de ser objeto de abuso sexual que otros detenidos y que las mujeres transgénero a menudo sufren detención prolongada y confinamiento solitario.