Las dos economías más grandes del mundo han acordado una pequeña tregua en su escalada guerra comercial después de una reunión entre los presidentes Donald Trump y Xi Jinping después de la cumbre del G-20.
"Esta fue una reunión asombrosa y productiva con posibilidades ilimitadas tanto para Estados Unidos como para China", dijo Trump en un comunicado emitido mientras volaba de regreso a su país desde Argentina. "Es un gran honor trabajar con el presidente Xi".
Trump dijo a los reporteros a bordo del Air Force One mientras volaba de regreso a Washington: "Es un acuerdo increíble. Lo que haré es frenar las tarifas. China se abrirá, China se deshará de los aranceles. China nos comprará grandes cantidades de productos".
Trump acordó que dejará los aranceles en productos chinos por un valor de 200 mil millones de dólares a una tasa del 10 por ciento, y no los elevará al 25 por ciento, por ahora, como ha amenazado con hacerlo el 1 de enero, según un comunicado de la Casa Blanca.
"China acordará comprar una cantidad no acordada, pero muy importante, de productos agrícolas, energéticos, industriales y otros productos de Estados Unidos para reducir el desequilibrio comercial entre nuestros dos países", dijo la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders. "China acordó comenzar a comprar productos agrícolas a nuestros agricultores de inmediato".
Trump y Xi también acordaron comenzar de inmediato las negociaciones sobre cambios estructurales con respecto a la transferencia forzada de tecnología, la protección de la propiedad intelectual, las barreras no arancelarias, las intrusiones cibernéticas y los robos cibernéticos, los servicios y la agricultura, según el comunicado de la Casa Blanca.
“Ambas partes acuerdan que se esforzarán para que esta transacción se complete en los próximos 90 días. Si al final de este período de tiempo, las partes no pueden llegar a un acuerdo, las tarifas del 10 por ciento se elevarán al 25 por ciento".
El ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, se hizo eco de algunos de los detalles y confirmó que ambos países intensificarán las negociaciones.
Es probable que la noticia traiga alegría a los mercados financieros mundiales, que han sido sensibles a la escalada de batallas comerciales entre China y Estados Unidos.
Designación de fentanilo
En la cena, Xi también acordó designar al fentanilo como sustancia controlada, lo que significa que las personas que venden el poderoso opioide a Estados Unidos estarán sujetas a la pena máxima de China según la ley.
La Casa Blanca está llamando a la decisión del presidente chino un "maravilloso gesto humanitario".
Trump, sentado frente a Xi en una larga mesa de banquete, describió su relación como "increíble" y predijo que eso significaría que "probablemente terminaremos obteniendo algo que es bueno para China y bueno para Estados Unidos".
En sus comentarios, el presidente chino señaló que "ha pasado mucho tiempo desde nuestra reunión anterior y han ocurrido muchas cosas".
Xi agregó: "Solo con la cooperación entre nosotros podemos servir el interés de la paz y la prosperidad mundiales".
Concluye la cumbre del G-20
La comida de 2 horas y media, que se adelantó una hora de su inicio original después de la conclusión de la reunión de líderes del G-20 en Buenos Aires, incluyó a un grupo de altos funcionarios de ambos lados.
Entre los funcionarios que asistieron por Estados Unidos, estuvieron: el asesor de política comercial Peter Navarro, considerado como el miembro de más línea dura del equipo de Trump cuando se trata de asuntos económicos con China.
Los otros asistentes clave para Estados Unidos, según la Casa Blanca, fueron el secretario de Estado Mike Pompeo, el secretario del Tesoro Steven Mnuchin, el jefe de despacho de la Casa Blanca John Kelly, el representante comercial Robert Lighthizer, el asesor de Seguridad Nacional John Bolton, el yerno del presidente Jared Kushner (quien es un asesor principal) y Larry Kudlow, asistente de política económica del presidente.
Temores de no avanzar
Muchos de los principales líderes empresariales, tanto en Estados Unidos como en China, esperaban algún tipo de tregua o acuerdo parcial en lo que se considera como una escalada de las disputas comerciales entre las dos economías más grandes del mundo.
A pesar de los meses de quejas de Estados Unidos y de su decisión de imponer aranceles en productos chinos por valor de unos 250.000 millones de dólares, Beijing "no ha alertado fundamentalmente de sus prácticas injustas, irrazonables y que distorsionan el mercado", según un informe publicado la semana pasada por Lighthizer.
Los observadores temían que si no se avanzaba en la cena de Trump-Xi, el presidente de Estados Unidos cumpliría su amenaza de duplicar la cantidad de productos chinos que enfrentan impuestos punitivos y elevaría los aranceles a un nivel del 25 por ciento al comienzo del nuevo año. China, en respuesta, había amenazado con aplicar impuestos a unos 5.000 tipos adicionales de importaciones estadounidenses con un valor aproximado de 60 mil millones de dólares.
Reforma de la OMC
"Creo que lo peor de todo es que el conflicto entre China y Estados Unidos está mostrando nuevamente los límites de las instituciones multilaterales, en particular la Organización Mundial de Comercio", dijo a la VOA Roberto Bouzas, profesor de relaciones internacionales y economía en la Universidad de San Andrés.
En su comunicado del sábado al término de la cumbre de líderes, el G-20 pidió una reforma de la OMC para mejorar su funcionamiento y dijo que el grupo revisará los progresos realizados por la organización comercial en la cumbre del próximo año en Japón.
"Por primera vez, el G-20 reconoció que la OMC no está cumpliendo con sus objetivos y que necesita una reforma", dijo a los reporteros un funcionario de Estados Unidos, que habló a condición de no ser nombrado.
Veremos qué reacciones obtendremos en los próximos meses", dijo el portavoz del G-20, Mauricio Macri, presidente de la Argentina, al llamamiento de reforma de la OMC en el comunicado, y agregó: "claramente existe la necesidad de mecanismos de disputa que sean más ágiles".
Cancelan conferencia de prensa
Más temprano en el día, Trump canceló una conferencia de prensa planeada, diciendo que el momento no era el correcto debido a la muerte del expresidente de EE.UU., George H.W. Bush a la edad de 94 años.
"Era un tipo estupendo y lo extrañaremos. Vivió una vida plena y una vida ejemplar ", dijo Trump sobre el fallecido presidente. No respondió a la pregunta de un reportero sobre si lamenta sus críticas pasadas al 41.º presidente, y a su hijo, George W. Bush, que fue el 43.º presidente.
"El hecho de que hayamos perdido a un presidente realmente lo frena", dijo Trump sobre la cena del sábado por la noche.
En la mesa, Trump anunció que su avión volaría a Houston, en el estado de Texas, después del regreso del Air Force One desde Argentina, para transportar el ataúd de Bush a Washington.
Durante la comida, Xi también expresó su simpatía por el fallecimiento del expresidente, y dijo que Bush, quien también fue enviado de Estados Unidos en China, "hizo muchas contribuciones a la amistad entre Estados Unidos y China".
Xi, de acuerdo con la Casa Blanca, también le dijo a Trump que está dispuesto a aceptar la oferta de 44.000 millones de dólares, previamente no aprobada, del fabricante estadounidense de equipos de telecomunicaciones y semiconductores Qualcomm para comprar el fabricante holandés de semiconductores NXP en caso de que se le vuelva a presentar el acuerdo.
La adquisición colapsó hace cuatro meses después de que los reguladores chinos expresaron preocupaciones antimonopolio.
William Gallo contribuyó a este informe