Es probable que esta semana el presidente de la Fed, Jerome Powell, haga referencia a una palabra que ha estado usando para describir la más reciente estrategia de la Reserva Federal hacia las tasas de interés: “Paciencia”.
Ahora que aumenta la presión sobre la economía estadounidense debido a la desaceleración mundial, la guerra comercial con China, ingresos corporativos con tendencia a la baja y nerviosismo en la bolsa de valores, la entidad rectora de la política monetaria en Estados Unidos ha estado dando señales de que no tiene ningún apuro en volver a aumentar las tasas de interés tras haberlo hecho cuatro veces en 2018. Y debido a que la inflación sigue atenuada, las razones para ajustar el crédito se han tornado menos persuasivas.
El miércoles, cuando termine su última reunión sobre políticas, se prevé que la Fed mantenga su tasa clave a corto plazo sin cambios, ubicada actualmente entre 2.25% y 2 y medio por ciento. Las tasas de referencia influyen sobre préstamos para negocios y consumidores, incluyendo préstamos hipotecarios.
Es posible, también, que la Reserva Federal y Powell den señales de que están al menos considerando tomar otra medida para evitar poner presión sobre las tasas de interés: El banco central podría decidir bajar el ritmo al que está reduciendo el gran portafolio de bonos hipotecarios que compró después de la crisis financiera del 2008, compras que ayudaron a mantener bajas las tasas de interés a largo plazo.
La Fed ha estado reduciendo gradualmente su portafolio de bonos, decisión que probablemente ha contribuido a que suban las tasas de interés de los préstamos.
Con información de AP.
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