El presidente Donald Trump está dispuesto a aceptar menos dinero del que ha estado exigiendo para construir el muro en la frontera con México, dijo el domingo un alto funcionario de la Casa Blanca, mientras que un legislador demócrata señaló que su bancada podría mejorar su propuesta presupuestal pero sin destinar recursos para esa estructura.
Los detalles difundidos por los medios sobre la disputa acerca del presupuesto que tiene paralizado parcialmente a varias agencias federales estadounidenses no ayudaron a generar esperanza de una pronta solución.
El jefe de despacho interino de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, advirtió incluso que la paralización podría alargarse hasta enero, cuando asuma el nuevo Congreso.
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Mulvaney, que también está a cargo de la oficina presupuestaria de la Casa Blanca, dijo estar a la espera de la respuesta del líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, a quien el gobierno presentó una contrapropuesta en medio de la disputa de larga data en torno a la financiación para el muro.
Mulvaney no abundó en detalles pero señaló que la cantidad propuesta se ubicaría entre los 5.700 millones de dólares solicitados por Trump y los 1.300 millones que los demócratas están ofreciendo.
"Nos distanciamos de los cinco (mil millones) y esperamos que ellos ofrezcan más de 1,3 millones de dólares", declaró Mulvaney.
El director habló de la flexibilización en la postura del mandatario menos de un día después de que un alto funcionario del gobierno insistiera el domingo ante la prensa que el Congreso ceda ante las exigencias de Trump, destacando la naturaleza impredecible del estilo negociador del presidente.
El senador demócrata Dick Durbin se pronunció a favor de aumentar el uso de la tecnología en la frontera en lugar de construir "una muralla medieval".
Al preguntársele si estaba dispuesto a incrementar los recursos siempre y cuando el dinero no se utilice para el muro, Durbin respondió: "Desde luego".
Debido al estancamiento sobre el muro, el sábado se paralizaron sectores del gobierno porque expiró el financiamiento a numerosos departamentos y agencias. Se prevé que el cierre parcial, que afecta a cientos de miles de empleados federales en todo el país, dure por lo menos hasta finales de esta semana después de que la Cámara de Representantes y el Senado, que efectuaron sesiones inusuales de fin de semana, se declararan en receso hasta el jueves.
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El lunes y martes, Nochebuena y Navidad respectivamente, son feriados federales, lo que implica que el gobierno federal continuará cerrado parcialmente. El miércoles es el primer día en que el público podría empezar a sentir las consecuencias de la paralización, declaró Mulvaney.
El cierre parcial del gobierno podría extenderse hasta enero, cuando los demócratas asuman el control de la Cámara de Representantes gracias a que consiguieron mayor presencia legislativa en las elecciones de medio periodo.
"Es muy posible que el cierre rebase el 28 de diciembre y se alargue hasta (que asuma) el nuevo Congreso", afirmó Mulvaney.
Justin Goodman, portavoz de Schumer, respondió: "Si el director Mulvaney dice que el cierre de Trump se alargará al Año Nuevo, créanle, porque ellos lo impusieron".