La actividad manufacturera estadounidense se desaceleró en julio a su menor nivel en casi tres años y una medición de nuevos pedidos recibidos por las fábricas repuntó levemente, a medida que persisten los efectos negativos de la guerra comercial entre Washington y Pekín.
Otros datos conocidos el jueves demuestran que el número de estadounidenses que solicitó beneficios por desempleo aumentó la semana pasada, mientras que el gasto en construcción bajó en junio ya que la inversión en proyectos privados disminuyó a su menor nivel en un año y medio.
La desaceleración en la actividad fabril y la debilidad de la inversión empresarial llamaron la atención de las autoridades de la Reserva Federal. El banco central redujo el miércoles las tasas de interés por primera vez desde 2008, a manera de seguro frente a los riesgos que plantean a la economía las tensiones comerciales y la desaceleración del crecimiento mundial.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo durante una conferencia de prensa que el alivio preventivo de la política monetaria “no es el comienzo de una larga serie de rebajas de tasas”. También destacó que “la parte de inversión y manufactura de la economía, no está creciendo mucho”.
El Instituto de gerencia y abastecimiento dio a conocer que su índice de actividad nacional en las fábricas bajó a 51.2 en julio, la menor lectura desde agosto de 2016, y frente al 51.7 registrado en junio. Se trata del cuarto mes consecutivo que baja la cifra.
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