Las universidades estadounidenses se están preparando para enormes reducciones en las matrículas de extranjeros, mientras los ingresos se verán más deprimidos por una decisión federal de retirar las visas a los estudiantes extranjeros que no asistan a universidades que tengan clases presenciales en este otoño.
“Estudiantes activos actualmente en Estados Unidos inscritos solo en cursos virtuales deberán salir del país o hacer otros arreglos, como transferirse a una universidad con clases presenciales, para mantener un estatus legal”, afirmó el lunes en un comunicado el Departamento de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
“De lo contrario, podrían afrontar consecuencias inmigratorias incluyendo, pero no limitada a, el inicio de procesos de deportación”, indica el comunicado de ICE.
“La normativa de hoy… es dañina para los estudiantes extranjeros y pone su salud e integridad, y la de toda la comunidad educativa, en riesgo”, dijo Esther Brimmer, directora ejecutiva de NAFSA, la Asociación de Educadores Internacionales.
“La pandemia del COVID-19 en Estados Unidos sigue siendo impredecible, y a las instituciones se les debería confiar con la autoridad para tomar decisiones correctas para sus recintos basadas en sus circunstancias locales”, dijo Brimmer, en un comunicado.
“Esto es aterrador”, tuiteó Aaron Kirkpatrick, de Irlanda del Norte, un candidato a doctorado en la Universidad Baylor, de Texas. “Yo no pude ir a casa para renovar mi visa F1 porque las embajadas están cerradas por la pandemia. Y si me obligan a irme, posiblemente no me van a permitir volver a entrar”.
En mayo, un reporte del Instituto Internacional de Educación, indicó que 88 por ciento de casi 600 instituciones que respondieron anticipan una reducción de las matrículas de estudiantes universitarios extranjeros durante el año escolar 2020-2021 debido a la pandemia.
Setenta por ciento de esas instituciones dicen anticipar que algunos estudiantes internacionales no regresarán a sus recintos en persona en el otoño del 2020. Tres cuartas partes de las universidades están dando a los estudiantes la opción de diferir su participación en clases presenciales para la primavera o el otoño del 2021.
Y mientras muchas universidades están apresurándose a preparar una estrategia para atraer de nuevo a los estudiantes y mantenerles seguros, la mitad dice que ofrecerán a los estudiantes cursos virtuales en el otoño.
Si ICE hace cumplir su normativa, esos estudiantes tendrán que retirarse.
“El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés)aún proveerá flexibilidad a las universidades y los estudiantes no inmigrantes”, indicó el Programa de Estudiantes e Intercambio, en un comunicado de seguimiento de ICE. “Pero en la medida en que muchas instituciones en todo el país reabren sus puertas, DHS deberá reiniciar las protecciones cuidadosamente balanceadas por las regulaciones federales”.
Miedo al COVID-19
El Consejo Estadounidense de Educación (ACE, por sus siglas en inglés) estima que la matricula caerá en un 15 por ciento durante el próximo año académico, incluyendo una caída del 25 por ciento de estudiantes extranjeros.
Soo Hyun Kim, un estudiante internacional de Corea del Sur en la Universidad George Mason, dice que planea tomar cursos virtuales de Corea del Sur porque aún hay potencial peligro del coronavirus y porque siente que no podrá experimentar plenamente la vida estadounidense.
“Algunas razones por las que estudiantes universitarios vienen a las universidades es porque desean experimentar la educación, cultura y vida social estadounidense”, dijo Kim a la Voz de América.
“Mis padres están atemorizados porque los casos siguen aumentando pero entienden que la Universidad está haciendo un esfuerzo para tener un ambiente mejor y más seguro”, dijo Vitor Lacerda Siquiera, un estudiante internacional de Brasil en la Universidad Stetson, en la Florida. El estudiante de Física dijo que planea regresr al recinto de su universidad en el otoño.
“Como tengo clases de laboratorio y coro, la educación que recibo en formato virtual no es la mejor que puedo recibir”, dijo el estudiante de Segundo año. “También, la mala conexión que tengo en casa me dificulta poder acceder el contenido. Yo preferiría pedir autorización para un sabático antes de nuevamente tomar clases virtuales”.
Ingresos en picada
La anticipada reducción de los estudiantes extranjeros también se espera tenga un enorme impacto financiero en las universidades estadounidenses.
Los estudiantes universitarios representan un 5 por ciento de las matrículas en Estados Unidos, según un estudio realizado por la Institución Brookings, y los ingresos por matrículas y otros cobros suman 2.500 millones de dólares. El costo es tan alto por varias razones: en las universidades públicas estadounidenses los extranjeros pagan matrículas como no residentes, usualmente el doble de las que pagan los estadounidenses.
Adicionalmente, los que vienen de fuera de Estados Unidos para oportunidades académicas, reciben menos ayuda financiera que los estudiantes domésticos.
Una encuesta de NAFSA indicó que el coronavirus podría costarle a Estados Unidos unos 3.000 millones en el otoño de este año por la caída en matrículas de extranjeros.
La reducción, según ACE, se espera sea una pérdida de ingresos por unos 23.000 millones para las universidades.
“El COVID-19 pone en riesgo las finanzas de la educación superior. Para algunas universidades, las caídas de los ingresos van a ser dolorosas. Para otras universidades podrían ser un desastre”, escribió Dick Startz, profesor de Economía en la Universidad de California, Santa Bárbara en un análisis preparado para el Centro Brown, de Brookings.
“Primero, casi todas las universidades están en algún riesgo de tener pérdidas financieras significativas. Segundo, los riesgos son increíblemente diferentes en cada escuela. Muchas escuelas afrontan dificultades. Si las cosas salen realmente mal, algunas universidades afrontan el cierre”, agregó Startz.
Restricciones de visa
Expertos en temas de educación señalan que las recientes restricciones a las visas H1-B, también desmotivarán a más estudiantes extranjeros a buscar una educación internacional en Estados Unidos, y los estudiantes internacionales han sido una Fuente de ingresos para muchas universidades.
Las visas H1-B, J y otras visas de trabajo temporales fueron suspendidas hasta finales de año por la Administración Trump. Más de 188.000 visas H1-B y más de 350.000 visas J1 fueron emitidas en Estados Unidos durante el año fiscal 2019.
Mientras la suspensión de visas impacta a los nuevos solicitantes y no a los ya portadores, la combinación de la más reciente política anunciada por ICE para el semestre de otoño y la anterior suspensión de las visas H1-B reducirán drásticamente la asistencia de estudiantes internacionales.
Restricciones de visas también le han sido impuestas a estudiantes chinos que usan el Programa de Entrenamiento Práctico Opcional (OPT, por sus siglas en inglés), el cual permite a estudiantes de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, tener la oportunidad de “trabajar para un empleador estadounidense” durante tres años, y para estudiantes en otras disciplinas, un año, mientras tienen sus visas de estudiantes.
La participación en ese programa se ha disparado en años recientes, como en el 2017, cuando “un récord de 276.500 egresados extranjeros recibieron permisos de trabajo bajo ese programa, un aumento de los 257.100 en el 2016, según el Centro de Investigación Pew
Universidades fuera de Estados Unidos también se espera vean enormes pérdidas financieras debido a la reducción de estudiantes internacionales tratando de evitar viajes y al COVID-19.