El gobierno de Costa Rica enfatizó el martes sobre la importancia del informe presentado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en el que señalan que “únicamente cuando se aplane la curva de contagio por la pandemia por el COVID-19 se podrán reactivar las economías de la región”.
El informe conjunto establece que se debe partir del principio de controlar y mitigar los efectos de la pandemia, para reactivar con protección y reconstruir sin dejar a nadie atrás. Sostiene que la vida, la salud y el bienestar son primordiales y constituyen prerrequisitos para reactivar la economía: el control y la mitigación de la pandemia deben alinearse con la política económica.
Además resalta que desde una perspectiva de derechos humanos, se debe proteger la salud ya que es un imperativo ético. “No obstante, también es un imperativo práctico, ya que al proteger la vida se fortalece la capacidad productiva de las sociedades”, indica.
El gobierno costarricense resaltó en un comunicado de prensa publicado el martes lo que considera como las tres fases del estudio para abordar la pandemia: control, reactivación de la economía, reconstrucción.
Fase de control
· No hay apertura económica posible sin que la curva de contagios haya sido controlada a través de medidas de salud pública como la suspensión de actividades no esenciales y otras medidas de distanciamiento social, trazabilidad de casos y aislamiento; monitoreo de contactos, intensificación de pruebas de diagnóstico.
· Se justifica la implementación de un ingreso básico de emergencia, que permitiría sostener el consumo y satisfacer necesidades básicas, favoreciendo la adhesión a las medidas de distanciamiento físico.
Fase de reactivación de la economía
· La reactivación debe ser comprendida en el marco de un escenario de una elevada incertidumbre, alejada de una recuperación lineal y con altas probabilidades de rebrotes de la pandemia.
· La reactivación debe ser gradual y basarse en protocolos sanitarios que permitan contener la propagación del virus. Para garantizar una reactivación segura es necesario definir estándares y procedimientos que minimicen los riesgos de contagio (…) y que prioricen la protección de los trabajadores y consumidores.
· Se recomienda que continúen las transferencias monetarias y que lleguen a amplios estratos de la población, incluidos aquellos que son vulnerables de caer en condiciones de pobreza.
Fase de reconstrucción: reconstruir mejor y con más equidad
· Una vez que la tasa de propagación del virus se estabiliza en un nivel aceptable para la capacidad de los servicios de salud, es posible habilitar medidas menos estrictas o implementar un menor número de medidas simultáneamente, en un proceso de reapertura.
· La experiencia de los países europeos sugiere que el proceso de disminución de las medidas es, en muchos aspectos, más complejo que el proceso de su imposición y ajuste, y que debe ser gradual, priorizado y planificado.
· No se debe perder la oportunidad de invertir en una recuperación verde, basada en la equidad social y sostenibilidad económica y ambiental.
· La crisis puede profundizar sentimientos de malestar, desconfianza y desafección democrática, lo que constituye un grave riesgo para la cohesión social.