Guatemala, El salvador, Costa Rica y Panamá, son los países de Centroamérica que han recibido el sello de “viaje seguro”, otorgado por el Consejo Mundial del Viaje y el Turismo (WTTC), luego de cumplir con los protocolos de higiene que generan mayor confianza para visitantes.
Se trata de una buena noticia para el sector turístico, que se paralizó totalmente con los confinamientos obligatorios al iniciarse la pandemia del COVID-19.
“Cuando un extranjero ve que Guatemala tiene un sello internacional, transmite seguridad. Actualmente lo único que podemos garantizar a la gente es que van a estar seguros”, expresó Norman Raxón, turoperador en el país.
A inicios de octubre, el WTTC concedió la calificación a El Salvador, que para obtenerla sometió a evaluación sus ocho protocolos de bioseguridad creados por el Ministerio de Turismo (MITUR) en colaboración con otras instituciones del Gabinete de Gobierno.
Raxón agregó que la idea es “generar esa burbuja dé tranquilidad”, para que la gente sepa que cuando llegue “no vamos a ser irresponsables”.
Sin embargo, afirmó que la reactivación no ha sido fácil y las medidas de protección han modificado los hábitos de turismo.
“La gente está viajando por su cuenta, en sus vehículos. Y los hoteles están un poquito complicados porque la gente está usando alternativas como Airbnb [una comunidad hospedaje global disponible en más de 191 países] o casas de amigos o en casa de algún familiar”, concluyó Raxón.
Costa Rica, por su parte reconoce que este sello también es una responsabilidad para las empresas de turismo. Como antecedente, en septiembre pasado abrió sus fronteras a vuelos desde México y algunos estados de Estados Unidos.
“Estamos orgullosos de contar con esta herramienta, de avanzar a dar un paso más en el manejo de la atención que está dando nuestro país, pero, sobre todo, de avanzar hacia la búsqueda de esa seguridad para todo aquel turista que decide visitar a nuestras empresas, dijo Gustavo Alvarado, director de gestión turística del Instituto Costarricense de Turismo.
Ahora cada país debe velar porque las empresas de turismo cumplan con dichos protocolos de bioseguridad.