Con el 2022 recién estrenado, muchos informes revelan que la economía de Estados Unidos está en auge, que la tasa de desempleo se acerca a mínimos históricos y que la demanda de bienes está provocando un aumento de las importaciones de todo el mundo.
El viernes, el Departamento de Trabajo de EE. UU. anunció que la tasa de desempleo había caído al 3,9% en diciembre, incluso cuando la economía produjo un aumento de puestos de trabajo menor al esperado: 199.000 nuevos empleos. El informe se dio a conocer un día después de que el Departamento de Comercio de EE. UU. anunciara que las importaciones estadounidenses en noviembre habían aumentado un 4,6% con respecto al mes anterior, lo que suponía 304.400 millones de dólares.
El creciente nivel de las importaciones contribuyó a un déficit comercial de 80.200 millones en diciembre, una cifra muy cercana al récord de 81.400 millones establecido en septiembre.
Si bien muchos consideran negativo un gran déficit comercial, en particular el expresidente Donald Trump, que hizo todo lo posible para cerrar la brecha entre las importaciones y las exportaciones, los economistas dicen que apunta a una economía estadounidense que está liderando la recuperación mundial de la pandemia con una recesión inducida.
“Cuando lo hacemos mejor que los demás, obtenemos un déficit comercial mayor”, asegura el economista Gary Hufbauer, miembro principal del Instituto Peterson de Economía Internacional.
Estados Unidos como motor económico
Según el experto, es un error popular pensar que un déficit comercial es una señal de malos tiempos económicos en Estados Unidos. “Para nada. Es un indicador de los buenos tiempos en Estados Unidos en relación con otros países. Y ahí es exactamente donde estamos. Nos va muy bien en relación con otros países y el dólar tiende a ser más fuerte, y eso tiende a aumentar el déficit comercial porque la demanda es mayor”, agregó al respecto.
Los beneficios de una economía estadounidense fuerte se sienten en todo el mundo, ya que otros países encuentran consumidores estadounidenses ansiosos por comprar sus productos.
China, como de costumbre, fue el mayor beneficiario neto del déficit comercial de Estados Unidos, vendiendo a los consumidores estadounidenses 28.400 millones de dólares más de lo que compraba. EE. UU. también tuvo un déficit comercial significativo con otros socios comerciales, incluida la Unión Europea, de 19.400 millones; México, con 11.000 millones; Alemania, con 6.100 millones; y Canadá, con 5.400 millones.
Estados Unidos tiene un superávit comercial con solo unos pocos socios. El mayor es un superávit de 4.500 millones de dólares con toda América Central y del Sur. Los únicos otros superávit de más de mil millones de dólares o más son los de Hong Kong, con 1.600 millones de dólares, y Brasil, con 1.000 millones de dólares.
El crecimiento del empleo continúa
El informe mensual de empleos del Departamento de Trabajo de EE. UU., publicado el viernes, contó una historia similar de una economía que continúa demostrando una fuerte recuperación de la recesión pandémica. La cifra de 199.000 empleos creados para el mes de diciembre fue más baja de lo esperado, pero apenas lastró un promedio de alrededor de 537.000 empleos creados por mes durante todo el 2021.
En total, la tasa de paro pasó del 6,4% de principios de año al 3,9% en diciembre.
No todo el descenso del desempleo puede atribuirse al crecimiento del empleo. Millones de trabajadores estadounidenses abandonaron la fuerza laboral, en gran parte como resultado de la pandemia. Eso significa que, aunque la tasa de desempleo es baja, todavía hay alrededor de 3,6 millones de trabajadores menos en Estados. Unidos que en los meses previos al comienzo de la pandemia.
“Todavía tenemos mucho camino por recorrer en términos de absorción de la fuerza laboral y de las personas que han dejado la fuerza laboral, así como el crecimiento de la población, pero sin duda es una señal positiva”, indicó Elise Gould, economista del Instituto de Política Económica, un grupo de expertos en Washington.
En una nota más aleccionadora, el informe reveló que cuando se trata de empleo, la recuperación económica no se ha distribuido de manera uniforme. De noviembre a diciembre, la tasa de desempleo entre los afroamericanos aumentó del 6,1% al 6,5%. El problema es particularmente agudo entre las mujeres negras, que enfrentan una tasa de desempleo del 5,6%, el doble de la tasa de las mujeres blancas.
La ómicron, un comodín
Lo que los datos económicos más recientes aún no pueden decirnos es el grado en que la creciente variante ómicron del coronavirus ha tenido en el empleo estadounidense. El Departamento de Trabajo utiliza una “semana de referencia” cada mes al calcular el número de puestos de trabajo, y la semana de referencia en diciembre fue inusualmente temprana, abarcando del 5 al 11 de diciembre, antes del aumento más en serio de la variante ómicron.
“La mayor parte sucedió en la segunda mitad del mes”, manifestó Gould a la Voz de América. “Entonces, realmente no se refleja aquí en absoluto. El 4 de febrero, cuando se publiquen los datos de enero, estoy seguro de que veremos un impacto bastante grande, con suerte de corta duración, pero probablemente un impacto significativo en el mercado laboral”, advirtió.
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