La Tierra esté en medio de su sexta extinción masiva de especies animales –la primera provocada por los humanos—en los últimos 500 millones de años, desencadenando un descenso en espiral en la salud ambiental y humana, el cual acelerará a menos que se tome acción, de acuerdo a un reporte de la revista Science.
Una de las autoras del reporte, Hillary Young, estudia lo que sucederá cuando desaparezcan los grandes animales. En su trabajo de campo en el centro de Kenya, la investigadora de la Universidad de California Santa Bárbara documenta los cambios que ocurren en el tereno.
“Podemos medir cosas como la abundancia de vegetación, la abundancia de roedores, y la prevalencia de enfermedades en las especies salvajes que quedan”, dijo.
Rápida disminución
Las tierras se llenan rápidamente de maleza y pasto que provee de escondites para las ratas y que se convierten en vectores para las enfermedades humanas.
Young y sus colegas llaman a este patrón de pérdida de especies animales como “desfaunación”.
“Hemos perdido más del 25 por ciento de todos los vertebrados en el mundo –esto es el número de animales individuales en el mundo—y probablemente más del 45 por ciento de los invertebrados”, señala.
“En un año promedio, probablemente perdemos entre 11.000 y 58.000 especies animales. Es increíble pensarlo”, dice.
“Tendemos a pensar en la extinción en términos de los pandas gigantes o los osos polares, pero lo que encontramos es que estos pequeños invertebrados –los escarabajos, las lombrices, las polillas y las mariquitas—estos son los animales que están declinando a velocidades equivalentes si es que no más altas que las especies grandes, añade.
Estas son señales, dice Young, de que la sexta extinción en masa ya está sucediendo. El estudio afirma que los humanos la aceleran al destruir los bosques y sobre-explotar los animales y sus productos. Esto, a su vez, ha desencadenado la invasión de especias exóticas y el cambio climático a gran escala.
La científica advierte que la desfaunación podría alterar permanentemente la trayectoria de la vida en la Tierra, y que si no se corrige, podría convertirse en el motor del cambio global en lugar de ser consecuencia de este.
“Va a exacerbar el cambio climático [y] la escasez de agua. Va a aumentar la pobreza humana y los conflictos sociales. Estos a su vez llevarán a un declive mayor de la vida salvaje…”, asegura.
Young afirma que para detener esta pesadilla se requerirá voluntad política y una acción conjunta global para detener el cambio climático.