Matt Holden vive en el mismo complejo de apartamentos de la enfermera infectada con ébola Amber Vinson, en Dallas, Texas; y en la mañana del miércoles las autoridades sanitarias tocaron a su puerta para alertar sobre las probabilidades de contagio.
“La policía tocó a mi puerta a las 5:30 de la mañana y nos comunicó que en nuestro complejo había sido detectado un caso de ébola. Luego entregó unos flyers con información sobre el virus, pero no dieron más detalles”, contó a la Voz de América Matt Holden.
“Ciertamente estoy asustado porque uno espera que las personas en posiciones de poder y control de este tipo de asuntos estén preparados para responder y sean capaces de controlar algo como esto. Pero al mismo tiempo las autoridades han dicho que es una crisis sin precedentes, no se sabe realmente qué pensar”, confiesa Holden, quien no descarta la idea de irse a un hotel por un par de días.
Holden representa a uno de los tantos miles de estadounidenses que están preocupados por la repentina aparición de ébola en Estados Unidos, que ya suman dos casos, y precisamente dos enfermeras que estuvieron al cuidado del liberiano fallecido la semana pasada en un hospital de Dallas, Texas.
Esta situación ha despertado las críticas de los trabajadores del hospital donde falleció Thomas Duncan por falta de protocolo para manejar los casos de ébola y de la población que siente una inminente amenaza frente al virus del ébola.
“Estamos preocupados, Obviamente me siento más seguro en el trabajo que en mi casa. He conversado con mi novia y estamos evaluando irnos| a un hotel o quedarnos dentro del apartamento al menos por dos días para tener la menor exposición posible al virus”, dijo Holden.
Por lo pronto Holden señaló que la policía se limitó a repartir flyers y bloquear algunas áreas de acceso a los apartamentos, así como a limpiar la zona afectada.