Medidos informativos de Nueva York coinciden en que los demócratas se sacaron chispas en Brooklyn, mientras los republicanos apelaron más a las insinuaciones en Manhattan en una agitada noche neoyorquina días antes de la elección primaria del martes en el estado.
Mientras arreciaban las protestas frente al local donde se ofrecía una cena republicana, el aspirante de ese partido que lleva ventaja en la puja por la candidatura presidencial, Donald Trump, hizo una encendida defensa de la ciudad.
Por su parte, Hillary Clinton y Bernie Sanders se objetaron mutuamente sus condiciones para ser presidente en un áspero debate sobre los bancos de Wall Street, el salario mínimo, el control de las armas de fuego y la política exterior.
El debate demócrata tuvo lugar en un momento decisivo en la campaña primaria con Clinton al frente en el recuento de candidatos pero con un Sanders que genera entusiasmo con su candidatura sorpresiva.
El discusión no dejó dudas de que una rivalidad que se centraba en desacuerdos políticos se ha convertido en algo personal. El senador de Vermont asumió un tono sarcástico al atacar la credibilidad de Clinton en un rubro tras otro.
El tono entre los adversarios republicanos fue un poco más apagado. Trump elogió la respuesta de la ciudad a los peores ataques terroristas en la nación en declaraciones destinadas a contradecir a Ted Cruz, un senador de Texas que ha condenado reiteradamente "los valores de Nueva York" en su intento por derrotar al magnate inmobiliario neoyorquino.
