Severas inundaciones espera el viernes Nueva Orleáns, a cuyos residentes las autoridades indicaron que busquen refugio cuando la tormenta tropical Barry avanza por el Golfo de México hacia la costa de Estados Unidos y podría tocar tierra en las próximas horas como el primer huracán del 2019.
La tormenta tropical Barry presentaba vientos máximos sostenidos de 85 kilómetros por hora el viernes por la mañana. Barry se convertirá en huracán el viernes tarde o el sábado, una vez que supere vientos máximos sostenidos de 119 kilómetros por hora. El Servicio Nacional de Meteorología prevé que el ojo del ciclón pase cerca de la costa de Luisiana y que la tormenta empiece a debilitarse una vez en tierra.
El presidente Donald Trump declaró el estado de emergencia tarde el jueves para el estado de Luisiana, horas después de que el 50% de la producción de crudo de la región fue suspendida y las compañías evacuaron a trabajadores de las instalaciones refineras en la costa.
Ken Graham, director del Centro Nacional de Huracanes, dijo que en zonas de Luisiana podría caer 63 centímetros (25 pulgadas) de lluvia.
“En resumen, se trata de una situación peligrosa”, dijo el experto en una conferencia por internet el jueves. “Semejante cantidad de lluvia en este sistema podría causar inundaciones y acumulaciones de agua”.
Autoridades están atentas al sistema de diques de la ciudad construido para evitar anegamientos procedentes del Río Misisipi, que atraviesa Nueva Orleáns y ha estado aumentando el nivel de sus aguas por encima del umbral de inundaciones en los últimos seis meses.
Se espera además que Barry eleve la marea en la desembocadura de Río Misisipi e incremente el nivel de las aguas en hasta 5,9 metros el sábado, por debajo de lo inicialmente pronosticado pero aún el volumen más alto desde 1950 y demasiado peligroso para los diques de la ciudad.
Meteorólogos pronostican entre 250 y 500 milímetros de lluvias en buena parte de la costa estadounidense del Golfo de México el viernes y el sábado.
El centro de la tormenta rozaría apenas el extremo oeste de Nueva Orleáns en lugar de impactarla directamente.
"Mientras más información recibimos, más preocupados estamos por si ocurren lluvias torrenciales extremas", adviritó el gobernador de Luisiana, John Bel Edwards.
Algunos residentes, que recuerdan el mortal y devastador paso del huracán Katrina en 2005, dijeron estar decididos a ponerse a salvo.
"Realmente es el río lo que nos preocupa", dijo Betsey Hazard, quien vive con su esposo y sus dos hijos a una cuadra del Misisipi. Junto a su familia, estaba empacando para dirigirse a un estado vecino hasta que la tormentafinalice.
(Con información de Reuters y AP)