República Dominicana expresó su “más enérgico rechazo” a las críticas de un creciente número de países y organizaciones de derechos humanos por las medidas que ha adoptado contra los migrantes haitianos.
En medio de una intensa agitación en Haití debido al bloqueo de suministros de combustible por parte pandillas y a un brote de cólera, las autoridades dominicanas han aumentado la vigilancia en las fronteras y las deportaciones forzadas de haitianos, las cuales, según han dicho, son fundamentales para la seguridad nacional.
Las autoridades dominicanas dijeron que deportaron a 43.900 migrantes entre julio y octubre, la mayoría haitianos. Tan sólo en septiembre y octubre, las deportaciones aumentaron un 50 %.
Las medidas del gobierno dominicano han provocado fuertes críticas en las últimas semanas por parte de Haití, del alto comisionado de la ONU para los derechos humanos y de Estados Unidos.
El sábado, la embajada de Estados Unidos en la capital Santo Domingo envió una alerta en las que indicó que las autoridades de migración dominicanas han llevado a cabo “operaciones generalizadas destinadas a detener” a migrantes que creen que están en el país de manera ilegal, en su mayoría haitianos.
“Hay informes de que los detenidos se mantienen en centros de detención superpoblados, sin la capacidad de impugnar su detención y sin acceso a alimentos o baños, a veces durante días, antes de ser liberados o deportados a Haití”, escribió la embajada.
También advirtió que las acciones del gobierno podrían suponer un problema para los estadounidenses de piel oscura que viajen a la República Dominicana.
Pero a diferencia de la ONU y de Haití, Estados Unidos no pidió explícitamente al país suspender las deportaciones. El gobierno del presidente Joe Biden ha defendido su propia práctica de deportar y expulsar a los migrantes haitianos que llegan a su frontera sur, pese a las fuertes críticas de organizaciones de derechos humanos.
El Ministerio de Relaciones Exteriores dominicano arremetió contra las críticas el domingo, señalando que el gobierno estadounidense “no ha aportado prueba alguna” de ningún tipo de violación sistemática de los derechos humanos. También denunció la falta de apoyo internacional para gestionar la migración desde Haití.
“El gobierno dominicano jamás hubiera imaginado insinuaciones tan graves sobre nuestro país”, escribió el Ministerio. “Mucho menos de un aliado que ha sido sujeto de numerosas acusaciones de trato xenófobo y racista a migrantes, e inclusive a sectores de su propia población”.
Las tensiones avivadas por la migración se han estado gestando durante años entre Haití y la República Dominicana, que comparten una frontera de 390 kilómetros en la isla de La Española. Pero se han profundizado desde el asesinato del presidente haitiano Jovenel Moïse, en 2021, un magnicidio que sumió en el caos a un Haití que ya se había visto afectado por otras crisis.
Desde entonces, las deportaciones de República Dominicana han ido al alza y el gobierno de la nación ha aumentado la presencia militar en su frontera, e incluso comenzó a construir un muro fronterizo.
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