El canciller de Nicaragua, Denis Moncada, brindó este lunes su discurso en la 77ª Asamblea de las Naciones Unidas reiterando el llamado del presidente Daniel Ortega de respeto a “la soberanía e independencia” de los pueblos y pidiendo que se levanten las sanciones impuestas contra su gobierno, las cuales tildó de “medidas coercitivas”.
El discurso, según los analistas consultados por la Voz de América, “fue repetitivo, pobre y triste”, al no ofrecer una salida a la crisis sociopolítica que vive Nicaragua desde hace más de cuatro años.
Moncada tampoco se refirió a los más de 200 presos políticos que hay en el país centroamericano, ni a la persecución desatada contra la Iglesia católica. Tampoco de la creciente emigración de nicaragüenses que buscan mejorar sus condiciones de vida.
“El canciller de la dictadura no trajo nada nuevo a la mesa. Ignoró los mensajes enviados por el Vaticano, naciones y organismos de derechos humanos que han pedido la liberación de presos políticos. Para la dictadura los presos políticos no existen al no mencionarlos del todo”, indicó a la VOA el exembajador de Nicaragua en la OEA, Arturo McFields.
El canciller Moncada también reiteró el respaldo de Ortega a sus aliados, como Venezuela y Cuba, y apoyó a Rusia, de quien dijo que luchaba “contra el fascismo y por la paz”, pese a que la invasión del Kremlin a Ucrania ha sido cuestionada por la comunidad internacional.
Moncada también extendió palabras para China, nuevo aliado político de Ortega desde finales de 2021, y a quien, según los analistas, ve como un posible sustituto sociocomercial tras las sanciones de Estados Unidos a Managua.
“Nuestro abrazo solidario a la admirable resistencia, y desarrollo justo de la República Popular China, que genera tanta incomodidad, inquietud y envidias, a los enemigos del bien común”, señaló el canciller nicaragüense.
Canciller se suma a Bukele, Castro y Giammattei
Finalmente el diplomático concluyó el discurso apelando a la independencia y soberanía de Nicaragua, al igual que hicieron los presidentes de Guatemala, El Salvador y Honduras, Alejandro Giammattei, Nayib Bukele y Xiomara Castro, respectivamente.
Algo que, de acuerdo con el analista salvadoreño Napoleón Campos, experto en temas internacionales, “es un punto común en los libretos de todas las tiranías y regímenes autoritarios en el mundo”.
“El uso de este argumento por los gobiernos de Daniel Ortega en Nicaragua y Nayib Bukele en El Salvador, nos dice que a ambos les llegó la hora de esa argumentación ante los crecientes señalamientos... por el desmantelamiento democrático, constitucional e institucional; y las graves violaciones a los derechos humanos que ambos perpetran”, sentenció Campos.
El experto enfatizó que Ortega pasa por alto el artículo 46 de la Constitución en el que el Estado de Nicaragua asume la obligación de la protección de “los derechos consignados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos”.
Mientras, Bukele –prosigue el analista- no honra el compromiso del Artículo 144 de la Constitución, que establece que los tratados y convenios internacionales celebrados por El Salvador “constituyen leyes de la República”, y que “en caso de conflicto entre el tratado y la ley, prevalecerá el tratado”.
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