El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Diosdado Cabello, acusó al expresidente del gobierno español, Felipe González, de “haber dirigido grupos paramilitares para asesinar a personas que políticamente lo contrariaban a él”.
Cabello dijo al canal venezolano Noticias 24 que le da “tristeza” que ahora pretenda “erigirse en un monumento a la moral” defendiendo a los presos políticos Leopoldo López y Antonio Ledezma.
La acusación es el último de los intercambios subidos de tono entre el gobierno de Venezuela y el de España por una resolución del Congreso español en favor de la liberación de los políticos venezolanos de oposición que se encuentra presos.
Esta misma semana, el presidente venezolano Nicolás Maduro acusó de racismo a su homólogo español, Mariano Rajoy.
"Rajoy es un racista. Está detrás de todas las maniobras contra Venezuela, de todas las asquerosidades contra la patria de Simón Bolívar. Ya estoy preparado para dar la batalla contra Madrid; si nos buscan, nos encuentran, ya nos encontraron, yo lo digo, ¡se acabó, Rajoy!, tus abusos, ¡a Venezuela se la respeta! Vayan a opinar de su madre, pero no opinen de Venezuela. ¡Ya basta!", dijo Maduro.
"Todos los días un ataque (...) porque la oligarquía española está temblando con la revolución bolivariana, en España sacan más información de Venezuela que de su país, para crear miedo y odio", sostuvo.
La cancillería española convocó al embajador de Venezuela en España, Mario Isea, para manifestar el rechazo del gobierno a las declaraciones de Maduro, pero solo se quedó cinco minutos para luego retirarse sin realizar declaraciones.
