El último informe difundido por Diálogo Interamericano reclama una postura mucho más efectiva por parte de los países de la comunidad internacional para frenar la crisis política, social y humanitaria que hay en el país. Y, al mismo tiempo, presionar al Gobierno de Nicaragua liderado por el presidente Daniel Ortega y su mujer, la vicepresidenta Rosario Murillo.
“La obsesión por el poder del gobierno de (Daniel) Ortega y (Rosario) Murillo se ha ido hacia los extremos y han convertido el país en un estado que básicamente ya no respeta el orden ni el derecho internacional”, explicaba Manuel Orozco, director del Programa de Migraciones, Remesas y Desarrollo de esa organización, durante una intervención vía Zoom para abordar los puntos más importantes de esta investigación.
En ese sentido, subraya que el pueblo nicaragüense prácticamente no tiene margen de movimiento dentro del país en tanto que los que se opongan públicamente a las políticas del gobierno de Managua pueden enfrentarse a una orden de arresto.
En su opinión, la “desinformación sistemática” y la “censura” también han sido otros factores que han dejado un panorama “devastador”, según comentaba Orozco. “El año pasado se registraron más de 200.000 nicaragüenses saliendo del país, este año el número va más o menos en la misma dirección”, alertaba.
Los efectos de la crisis política en Nicaragua
Se calcula que en lo que va de año, más de 70.000 nicaragüenses se han visto obligados a abandonar la nación centroamericana en busca de una vida mejor. De esos, unos 50.000 tenían como destino Estados Unidos. “No es solo un problema que haya presos políticos juzgados con falsos pretextos y juicios políticos, sino que la población promedio está desmoralizada, no sabe cómo vivir en un país bajo una sociedad de miedo”, agregaba al respecto.
Ante este escenario, Orozco considera que se debe dar “una respuesta proporcional” a lo que esta ocurriendo en estos momentos en Nicaragua y que, con el paso del tiempo, se ha ido agravando. A su juicio, las políticas que se han implementado hasta el momento -como las sanciones- no son suficientes y se requieren de políticas mucho más fuertes. “Se deben abordar sanciones más severas y la presión de la comunidad internacional en un país donde la oposición política está básicamente fragmentada y desmantelada” manifestó convencido de que “la comunidad internacional debe dejar en claro que no está preparada para tolerar la extorsión a cambio del reconocimiento del régimen dictatorial”.
Mensaje a la comunidad internacional
Sobre eso, recalca que hay “diferentes herramientas de presión” y que uno de los mayores problemas de la comunidad internacional es “cómo usar el poder blando para presionar a los autócratas”.
“Para el contexto de Nicaragua, la continua condena y el pedido de liberación de los presos, el aislamiento internacional o la suspensión de Nicaragua” como miembro de la Organización de Estados Americanos (OEA) no es suficiente. “Los estados miembros ya no pueden quedarse callados y nosotros no podemos esperar a que se muera otro preso”, declaró recordando que “otros acuerdos internacionales como el de Canadá o el de la asociación comercial de Canadá se han incumplido”.
Además, las nuevas normativas promulgadas por Daniel Ortega han propiciado un panorama incierto y muy preocupante en tanto que normativas como la Regulación de Agentes Extranjeros, la Ley Especial de Ciberdelitos o la Ley Electoral son “instrumentos legales que fueron creados de forma premeditada y aprobados para eliminar la participación política, la libertad de expresión, de movimiento y la conciencia pública”.
Según él, el “flagrante desprecio por la comunidad internacional también ha sido parte fundamental de la impunidad del Gobierno”. “Nicaragua ha ignorado los llamados de las Naciones Unidas, de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de otros miembros de la comunidad internacional para que acate los acuerdos internacionales, para que acepte el ingreso de monitoreo de derechos humanos, o para que aborde las condiciones de derechos humanos en el país”, apunta.
La postura de Daniel Ortega ante los movimientos del exterior
Es por ello que, en su opinión, la Administración liderada por Daniel Ortega “ha decidido ignorar sus compromisos, incluyendo la Carta Democrática” ya que se da por hecho de que hay una “muy baja posibilidad de una verdadera proporcionalidad en la respuesta de los miembros de la comunidad internacional hacia su impunidad, por lo que ignorarlos es la mejor postura”.
Cynthia J. Arson, una de las investigadoras principales del Centro Woodrow Wilson, que también participó en la presentación virtual del informe, indicó que las consecuencias no solo afectan a Estados Unidos, donde se está registrando un alto número de migrantes nicaragüenses, sino también para otros países de la región, como Costa Rica.
Otros factores determinantes
En esa línea, sostiene que la participación “cada vez más profunda de Rusia y de Irán” representa un “desafío no solo para Estados Unidos”, sino también para todo el hemisferio en su conjunto.
Por otro lado, Arson celebró que “los esfuerzos renovados a través de todos los mecanismos anticorrupción a disposición del gobierno de Estados Unidos para investigar la corrupción y la cleptocracia de la familia Ortega, sus hijos y los miembros cercanos al régimen” también es una cuestión importante para presionar al oficialismo.
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