El alcalde de Detroit, Mike Duggan, dice que es un nuevo comienzo para su ciudad, que emergió el miércoles de la mayor bancarrota en una ciudad de Estados Unidos.
Duggan indicó que Detroit hará lo mejor que pueda para prestar los servicios que sus residentes merecen.
Bajo el plan aprobado por una corte federal de bancarrota, la ciudad perderá 7.000 millones de dólares de sus 18.000 millones de deuda y reinvertirá casi 2.000 millones de dólares en servicios de la ciudad e infraestructura.
Detroit, la otrora próspera ciudad del medio oeste estadounidense que fue sede de la industria automotriz, ha tenido problemas con su deuda y déficits presupuestarios durante más de 20 años y solicitó protección de bancarrota el año pasado.
Su población llegó a más de 1 millón de personas a fines de los años 90, pero desde entonces ha disminuido a unas 700.000.
Decenas de miles de comercios, fábricas y otrora hermosas casas están vacías. Algunos servicios de la ciudad no existen más y aumentó la tasa de criminalidad.