El Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció el viernes sanciones contra el hijo del presidente en disputa de Venezuela, Nicolás Maduro, con lo que el gobierno del presidente Donald Trump pone más presión para que se aparte del cargo.
La sanción contra el hijo de Maduro, Nicolás Ernesto Maduro Guerra, de 29 años y conocido como "Nicolasito", se suma a medidas similares tomadas por la Casa Blanca contra funcionarios allegados al mandatario en disputa de Venezuela.
Maduro Guerra es miembro de la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela, que lidera Diosdado Cabello y es considerada como "ilegítima" de parte de Estados Unidos y otras naciones. Además ocupa el cargo de director del Cuerpo de Inspectores de la Presidencia.
El texto publicado por el Departamento del Tesoro estadounidense indica que "Maduro Guerra también ha participado en esfuerzos de propaganda y censura, y se ha beneficiado de las minas venezolanas junto con Maduro y su esposa, Cilia Flores".
"A principios de este año, Maduro Guerra estaba diseñando una estrategia para presionar a las Fuerzas Armadas de Venezuela para que impidieran que la ayuda humanitaria ingresara a Venezuela al caracterizarla como un intento de socavar la democracia de Venezuela", indicó el comunicado.
La medida es la más reciente en seis meses de esfuerzos para expulsar a Maduro, cuya reelección en 2018 fue catalogada de fraudulenta por parte de la Casa Blanca y más de 50 naciones de la región y el mundo.
"Maduro confía en su hijo Nicolasito y otros cercanos a su régimen autoritario para mantener un dominio absoluto sobre la economía y reprimir al pueblo de Venezuela", dijo el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, en un comunicado.
"El Departamento del Tesoro continuará atacando a los familiares cómplices de los miembros ilegales del régimen que se benefician de la corrupción de Maduro", dijo Mnuchin.
Washington respalda al presidente encargado Juan Guaidó y a su agenda para conseguir la democracia en Venezuela.
Maduro, que está respaldado por China, Rusia y Turquía, ha mantenido el apoyo de las instituciones militares y de otro tipo del país, y considera a Guaidó un títere de Washington.