Por primera vez, la administración Obama dijo claramente y públicamente que un pago en efectivo de 400 millones de dólares a Irán fue hecho para influenciar en la liberación de un grupo de prisioneros estadounidenses detenidos por Teherán.
No obstante, el portavoz del Departamento de Estado, John Kirby, reiteró la posición de la administración de que las negociaciones para retornar el dinero iraní, el resultado de un abortado acuerdo de armas en la década de 1970 con el shah, respaldado por Estados Unidos, fueron realizadas en forma separada de las conversaciones para liberar a cuatro ciudadanos estadounidense en Irán.
“Como dijimos en el momento, deliberadamente aprovechamos ese momento para finalizar esos temas pendientes casi simultáneamente. Ya es de conocimiento público que devolvimos a Irán 400 millones de dólares en ese mismo periodo de tiempo como parte del acuerdo de La Haya, con preocupación de que Irán incumpliera la liberación de prisioneros, dadas innecesarias demoras en relación a personas en Irán que no podían ser ubicadas, al igual que, para ser muy honesto, desconfianza mutua entre Irán y Estados Unidos, nosotros buscamos por supuesto mantener un máximo poder de negociación hasta después que los estadounidenses fueran liberados. Esta fue nuestra principal prioridad. Entonces, si me preguntan si hubo una conexión en ese sentido al final del juego, no lo voy a negar”, dijo Kirby.
Anteriormente este mes, el presidente Barack Obama, quien actualmente está de vacaciones en Martha's Vinyard, en la costa de Massachusetts, negó que el pago a Irán en el mismo día de la liberación de los rehenes fuera un “vil acuerdo”, destacando que la transferencia fue anunciara en enero, un día después de la implementación del acuerdo nuclear con Teherán.
El candidato presidencial republicano, Donald Trump, rápidamente condenó el acuerdo y dijo que Obama mintió.
“Ahora sabemos por parte del Departamento de Estado, según lo anunció recién, que el presidente Obama mintió sobre los 400 millones de dólares en efectivo que fueron enviados por avión a Irán”.
Los prisioneros retenidos en Irán eran el jefe del buró del Washington Post en Teherán, Json Rezaian, el veterano de la Infantería de Marina Amir Hekmati, el pastor cristiano Saeed Abedin y un cuarto hombre, Nosratollah Khosravi-Roodsari, cuya desaparición no se conocía públicamente hasta que fue liberado.
