Las autoridades dijeron que David Ortíz salió de la República Dominicana el lunes a bordo de una ambulancia aérea con destino a Boston, luego de que el exjugador de los Medias Rojas conocido cariñosamente como Big Papi fue emboscado por un hombre armado en un bar de su país, dijeron las autoridades.
El atleta retirado de 43 años estaba en condición estable en cuidados intensivos en un hospital de Santo Domingo después de que los médicos le extirparon la vesícula biliar y parte de su intestino, según su portavoz, Leo López, quien dijo que el hígado de Ortíz también fue dañado en el ataque del domingo por la noche.
Ortíz es una de las figuras más queridas en la historia del deporte en la República Dominicana y Boston, un temible bateador de poder siempre sonriente. Lideró a los Medias Rojas a tres campeonatos de la Serie Mundial, fue 10 veces All-Star y conectó 541 jonrones.
Decenas de fanáticos llenaron el hospital el lunes temprano, causando un atasco de tráfico. En EE.UU., los fanáticos oraron por su recuperación y le desearon lo mejor, con la estrella de los New England Patriots, Julian Edelman, asegurándole en Instagram: "Papi, toda Nueva Inglaterra te apoya".
Los Medias Rojas ofrecieron "todos los recursos disponibles" y enviaron un avión para llevarlo de regreso a Boston.
"Está en el Mount Rushmore de los deportes de Boston", dijo Eddie Romero, asistente del gerente general del equipo.
Ortíz estaba en el Dial Bar and Lounge en Santo Domingo el domingo por la noche cuando un hombre armado se acercó por detrás y le disparó a corta distancia en el torso, dijeron las autoridades.
El pistolero no fue identificado ni arrestado de inmediato, y el motivo del tiroteo está bajo investigación, mientras las autoridades tratan de determinar si Ortíz era el objetivo.
El operador de la motocicleta que llevaba al pistolero fue capturado y golpeado por una multitud de personas en el bar, dijeron las autoridades.
Eliezer Salvador, quien estaba en el lugar, dijo que el hombre armado no dijo nada, y que solo disparó una vez. Luego, Salvador condujo a Ortíz al hospital y les dijo a los reporteros que había sostenido una breve conversación con el pelotero en el auto mientras le exhortaba a a mantenerse calmado y respirar.
"¿Tiene algún problema con alguien?" Salvador recordó haberle preguntado, a lo que Ortíz respondió: "No, mi hermano, nunca he hecho mal a nadie".
Salvador mostró las sangrientas pertenencias y algunas de las joyas de Ortíz a los reporteros. También se disculpó por chocar con varios autos mientras se apresuraba a llegar al hospital: "Esa irregularidad fue justificada".
El padre de Ortíz, Leo, dijo que no tenía idea de por qué alguien le habría disparado a su hijo. “Está descansando”, dijo el anciano Ortíz. "Big Papi estará con nosotros por mucho tiempo".
Añadió que está satisfecho con la atención médica que Ortíz ha recibido, pero que será trasladado a Boston para que pueda estar con su esposa y el equipo médico de los Medias Rojas.
Otras dos personas resultaron heridas, entre ellas Jhoel López, un presentador de televisión dominicano que estaba con Ortíz. La policía cree que López fue herido por la misma bala, dijo el director de la Policía Nacional, Ney Aldrin Bautista Almonte. López recibió un disparo en la pierna y sus lesiones no eran potencialmente mortales, dijo su esposa, Liza Blanco, quien también es presentadora de televisión.
La policía no identificó a la tercera persona ni detalló sus lesiones.
El bar se encuentra en un animado distrito de vida nocturna repleto de clubes de baile y bares caros que Ortíz suele frecuentar.
Ortíz, quien se retiró después de la temporada 2016 y vive al menos una parte del año en la República Dominicana, a menudo es visto llevando a lavar sus coches y saliendo con amigos, incluidos otros jugadores de béisbol, artistas y animadores.
Los Medias Rojas retiraron su número, 34, en 2017, y Boston cambió el nombre de un puente y un tramo de carretera a las afueras de Fenway Park en su honor. Tiene una casa en Weston, en las afueras de Boston.
Ortíz galvanizó la ciudad después del ataque con bomba en el Maratón de Boston de 2013 que dejó a tres personas muertas, gritando a través de un megáfono en el Fenway Park: "¡Esta es nuestra (...) ciudad!".
"En 2013, cuando más necesitábamos a David Ortíz, él estuvo allí para nosotros", dijo el presidente y CEO de los Medias Rojas, Sam Kennedy, el lunes. "Nuestro enfoque está en su salud y en traerlo de vuelta para tratamiento".
