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Trump nomina a Dan Coats como jefe de inteligencia


Dan Coats está incluido en una lista de funcionarios estadounidenses a los que se le prohibió la entrada a Rusia indefinidamente.
Dan Coats está incluido en una lista de funcionarios estadounidenses a los que se le prohibió la entrada a Rusia indefinidamente.

Curiosamente la elección de Coats no puede ser considerada un guiño a Moscú. El congresista presionó activamente al Gobierno de Obama para que tomara medidas contra Rusia por la anexión de la península de Crimea en 2014.

El presidente electo de EE.UU., Donald Trump, nominó al senador Dan Coats como jefe de inteligencia del país, en un momento de renovadas tensiones tras el informe que apunta a la injerencia de Rusia en las pasadas elecciones presidenciales para favorecer al candidato republicano.

La Oficina del Director Nacional de Inteligencia (DNI), creada por el entonces presidente George W. Bush tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Washington y Nueva York, es uno de los puestos clave del Gobierno.

Coats, si es confirmado por el Senado, estará al mando de una federación de 16 agencias repletas de espías entre las que se incluyen la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA).

Precisamente, estas agencias han sido las que han elaborado un informe divulgado este viernes en el que apuntan directamente a Rusia como responsable de una de plan de ataques informáticos durante la campaña electoral estadounidense para favorecer a Trump en detrimento de su rival demócrata Hillary Clinton.

Coats presionó a Obama por el apoyo del Kremlin a los rebeldes separatistas de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania.
Coats presionó a Obama por el apoyo del Kremlin a los rebeldes separatistas de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania.

"Consideramos que el presidente ruso Vladímir Putin ordenó una campaña para influir en 2016 en las elecciones presidenciales de Estados Unidos", sostienen en un informe de 25 páginas el FBI, la CIA y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), principales agencias de inteligencia del país, y que serán coordinadas por el nominado nuevo jefe de inteligencia del presidente electo.

"Los objetivos de Rusia", agregan las agencias de inteligencia, "eran socavar la fe pública del proceso democrático de EE.UU., denigrar a la secretaria Clinton, dañar su posibilidad de ser elegida y su potencial Presidencia También consideramos que Putin y el Gobierno ruso desarrollaron una clara preferencia por el presidente electo Trump".

A través de su medio de comunicación favorito, Twitter, Trump rechazó la injerencia rusa al asegurar que no hay "evidencias" de que los ciberataques en el proceso electoral hayan afectado al resultado de los comicios de noviembre.

Subrayó, además, que cuando llegue a la Casa Blanca Rusia respetará a Estados Unidos "mucho más" que ahora, e hizo votos para que haya "buenas relaciones" entre los dos países.

Trump recibió un detalle de esas conclusiones en una reunión que mantuvo en Nueva York con los principales responsables de los servicios de inteligencia de la Administración del presidente saliente Barack Obama.

El propio Obama intervino hoy en la polémica en una entrevista con la cadena ABC en la que recordó a Trump "que (republicanos y demócratas) estamos en el mismo equipo" mientras que "Vladímir Putin no es de nuestro equipo".

Curiosamente, la elección de Trump para dirigir Oficina del Director Nacional de Inteligencia, el veterano senador por Indiana Dan Coats, no puede ser considerada un guiño a Moscú.

Como congresista, Coats presionó activamente al Gobierno de Obama para que tomara medidas contra Rusia por la anexión de la península de Crimea en 2014 y por el apoyo del Kremlin a los rebeldes separatistas de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania.

La represalia del Moscú no se hizo esperar y se le incluyó en una lista de funcionarios estadounidenses a los que se prohibió la entrada a Rusia indefinidamente.

Coats deberá, por tanto, encarar la difícil tarea de reconciliar a las agencias de inteligencia estadounidenses con el equipo del nuevo presidente electo y navegar las difíciles aguas de las tirantes relaciones diplomáticas y de inteligencia entre Washington y Moscú.

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