Nicaragua y la crisis social y política está en la mira de legisladores estadounidenses que extreman esfuerzos para lograr la atención necesaria hacia el pueblo nicaragüense y sus legítimas aspiraciones.
Bajo ese concepto, Mario Díaz Balart, legislador republicano por Florida y firme defensor de la democracia en el Continente, expresó en entrevista con la Voz de América su preocupación por la situación en la nación centroamericana.
“Tenemos que apoyar a este pueblo valiente que se esfuerza por librarse de la dictadura del señor Ortega, que han sufrido por muchos años y hoy es muy triste que sigan siendo reprimidos”, afirmó Díaz Balart.
Díaz Balart se unió al pedido de su colega Ileana Ros-Lehtinen y junto a otros legisladores pidieron al gobierno de Estados Unidos imponer sanciones a funcionarios nicaragüenses involucrados en violaciones a los derechos humanos y actos de corrupción
“Estas acciones tienen que presionar a individuos y a todo el régimen, y también debe ser presión diplomática y económica al gobierno, mientras se apoya a la oposición para que se fortalezca hasta que el régimen nicaragüense se debilite”, destacó el legislador.
“En Nicaragua está demostrado que Ortega y su esposa, a la que puso como vicepresidenta, hacen lo que quieren y no se puede permitir que manejen el país como si fuera su granja particular”, añadió Díaz Balart.
Sobre las acciones del Congreso, Díaz Balart destacó que confían en que la OEA, al igual que ha demostrado un trabajo digno hacia Venezuela, pueda lograr aplicar los preceptos de la Carta Interamericana y presionar al gobierno a detener la violencia y respetar la democracia.
“La única solución para Nicaragua es una democracia legitima con derechos humanos y elecciones libres supervisadas”, afirmó el legislador estadounidense.
“La OEA debe actuar con severidad como lo hace con Venezuela, hacerlo con Nicaragua y también con Cuba porque no se no se pueden aceptar estas dictaduras en la región”, destacó el legislador federal por Florida e impulsor de varias medidas por el respeto de los derechos humanos en la región.
“Lo que comenzó en Nicaragua como una pequeña demostración se ha convertido en el rechazo de un pueblo a una dictadura que ha destruido las instituciones democráticas y que ahora ha respondido con violencia a las manifestaciones en las que cerca a 200 personas han sido asesinadas”, concluyó el legislador republicano Díaz Balart.