Por mucho que se ha dicho y condenado, la libertad de expresión sigue estando maniatada en Cuba, la prensa libre está fuera de la ley, los periodistas independientes son considerados como enemigos públicos número uno por el Estado y las naciones democráticas de América Latina que comparten foros internacionales con el gobierno de la isla hacen poco o nada por denunciarlo.
Recientemente, un balance del 2012 hecho por la organización Reporteros sin Fronteras (RF) subrayó que la represión contra blogueros y periodistas disidentes se intensificó en Cuba por segundo año consecutivo, que era peor en los últimos meses, y llamó a los gobiernos latinoamericanos “con quienes Cuba busca la integración” a darle prioridad a tales denuncias en sus nexos con La Habana.
Poco antes, RF había demandado a las autoridades cubanas que pusieran freno a las detenciones, a la violencia física, al hostigamiento y las campañas de desprestigio contra periodistas y blogueros independientes, y además que derogaran la Ley 88, conocida en la isla como Ley Mordaza, y que el gobierno utiliza para encarcelar arbitrariamente a sus y críticos y opositores.
En octubre último, en su 68 Asamblea General en Sao Paulo, Brasil, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) denunció que en Cuba persistía una "absoluta represión contra las libertades individuales, de prensa y de expresión", que el gobierno de Raúl Castro continuaba aplicando la censura y la represión a medios y periodistas, además de seguir utilizando la prensa como un medio de propaganda gubernamental.
Ahora es el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) el que ha divulgado esta semana un reporte en el que subraya que las autoridades cubanas no adoptaron el año pasado “ninguna medida de peso para promover la libertad de expresión", y que a pesar de las tan cacareadas reformas impulsadas en la isla la censura seguía inconmovible y los periodistas no habían dejado de ser detenidos y encarcelados.
En su informe anual titulado “Ataques a la prensa” y presentado en Naciones Unidas, CPJ sitúa a Cuba en el noveno lugar entre los países con mayor censura en el mundo, y aunque en 2012 fueron menos comunes las detenciones prolongadas de periodistas, señala, sí hubo arrestos por corto tiempo y campañas de acoso durante coberturas de relieve como la visita a la isla del Papa Benedicto XVI.
Entre los periodistas independientes que fueron objeto de hostigamiento durante todo el año CPJ menciona a la bloguera Yoani Sánchez, quien junto a otros estuvo más de 24 horas detenida en julio cuando viajó al oriente de la isla para tratar de informar sobre el juicio relacionado con la muerte del disidente Oswaldo Payá, en un accidente de tránsito que la familia del opositor siempre ha puesto en duda.
Otra de las arbitrariedades denunciadas por la SIP es la que atañe al periodista Calixto Martínez Arias, de la agencia informativa independiente Hablemos Press, quien fue arrestado en septiembre pasado y encarcelado por “desacato” después de haber sido el primero en advertir de un brote de cólera en Cuba y de la aparición luego de casos de dengue.
Hace dos semanas, la organización defensora de derechos humanos Amnistía Internacional declaró a Martínez Arias prisionero de conciencia y demandó al gobierno cubano que el periodista independiente sea puesto de inmediato en libertad.
Recientemente, un balance del 2012 hecho por la organización Reporteros sin Fronteras (RF) subrayó que la represión contra blogueros y periodistas disidentes se intensificó en Cuba por segundo año consecutivo, que era peor en los últimos meses, y llamó a los gobiernos latinoamericanos “con quienes Cuba busca la integración” a darle prioridad a tales denuncias en sus nexos con La Habana.
Poco antes, RF había demandado a las autoridades cubanas que pusieran freno a las detenciones, a la violencia física, al hostigamiento y las campañas de desprestigio contra periodistas y blogueros independientes, y además que derogaran la Ley 88, conocida en la isla como Ley Mordaza, y que el gobierno utiliza para encarcelar arbitrariamente a sus y críticos y opositores.
En octubre último, en su 68 Asamblea General en Sao Paulo, Brasil, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) denunció que en Cuba persistía una "absoluta represión contra las libertades individuales, de prensa y de expresión", que el gobierno de Raúl Castro continuaba aplicando la censura y la represión a medios y periodistas, además de seguir utilizando la prensa como un medio de propaganda gubernamental.
Ahora es el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) el que ha divulgado esta semana un reporte en el que subraya que las autoridades cubanas no adoptaron el año pasado “ninguna medida de peso para promover la libertad de expresión", y que a pesar de las tan cacareadas reformas impulsadas en la isla la censura seguía inconmovible y los periodistas no habían dejado de ser detenidos y encarcelados.
En su informe anual titulado “Ataques a la prensa” y presentado en Naciones Unidas, CPJ sitúa a Cuba en el noveno lugar entre los países con mayor censura en el mundo, y aunque en 2012 fueron menos comunes las detenciones prolongadas de periodistas, señala, sí hubo arrestos por corto tiempo y campañas de acoso durante coberturas de relieve como la visita a la isla del Papa Benedicto XVI.
Entre los periodistas independientes que fueron objeto de hostigamiento durante todo el año CPJ menciona a la bloguera Yoani Sánchez, quien junto a otros estuvo más de 24 horas detenida en julio cuando viajó al oriente de la isla para tratar de informar sobre el juicio relacionado con la muerte del disidente Oswaldo Payá, en un accidente de tránsito que la familia del opositor siempre ha puesto en duda.
Otra de las arbitrariedades denunciadas por la SIP es la que atañe al periodista Calixto Martínez Arias, de la agencia informativa independiente Hablemos Press, quien fue arrestado en septiembre pasado y encarcelado por “desacato” después de haber sido el primero en advertir de un brote de cólera en Cuba y de la aparición luego de casos de dengue.
Hace dos semanas, la organización defensora de derechos humanos Amnistía Internacional declaró a Martínez Arias prisionero de conciencia y demandó al gobierno cubano que el periodista independiente sea puesto de inmediato en libertad.