Las sanciones económicas más estrictas de la administración Trump contra Cuba y la reducción de las importaciones de petróleo de Venezuela han dificultado la obtención de combustible en la isla de gobierno comunista.
Esta no es la primera escasez de combustible que Cuba ha experimentado durante sus casi 60 años de comunismo, y los cubanos una vez más están utilizando más caballos y otros medios anticuados para viajar y administrar granjas y fábricas.
La escasez de combustible en Cuba está perjudicando el transporte, la industria y la agricultura.
Los pasajeros frustrados esperan horas para ir y venir del trabajo, o buscan formas alternativas para moverse de un sitio a otro.
"Hemos estado aquí desde las 11:45 y ahora nos vamos. Si no fuera por estos coches, no podríamos llegar a ninguna parte", dice Ariolys Quintana, trabajadora estatal.
"Los cubanos tienen que arreglárselas a pesar de los problemas. Nos solidarizamos un poco, para ser amables unos con otros y ayudarnos mutuamente", señala Julio Millian, inspector de Transporte del gobierno cubano.
En la ciudad de Pinar del Río, una región dedicada al cultivo de tabaco en la isla, a 160 kilómetros al oeste de La Habana, los coches tirados por caballos y los arados tirados por bueyes están llenando el vacío cuando escasean la gasolina y el diésel.
“Si los recursos no están disponibles, tenemos que plantar tabaco y recogerlo lo mejor que podamos, porque el país se encuentra en una situación difícil y tenemos que ayudarlo", indica Antonio García, un productor de tabaco.
Los arados tirados por caballos y bueyes se han utilizado tradicionalmente junto con tractores en el sector agrícola en Cuba.
Pero la crisis energética ha hecho que estos métodos arcaicos de energía y transporte sean un poco más comunes.
Las estrictas sanciones de EE.UU. dirigidas a los envíos de petróleo a la nación comunista, junto con la reducción de los envíos de petróleo desde Venezuela, han dado lugar a largas colas en las estaciones de gasolina, un recorte en el transporte público y un cierre obligatorio de fábricas y negocios por parte del gobierno para reducir el uso de energía.