El periódico estatal cubano Juventud Rebelde dijo que la la nueva política de Estados Unidos hacia Cuba requerirá de una “transformación real y concreta” del pueblo cubano especialmente contra la burocracia, ineficiencia y la corrupción del estado cubano.
“La nueva contienda debe enfrentarse no solo en el plano del discurso y la reflexión —no menos importantes—, sino sobre todo, en la transformación real y concreta de la vida cotidiana del pueblo cubano, tanto en el plano espiritual como material”, dice un artículo de opinión firmado por Elier Ramírez Cañedo, doctor en Ciencias Históricas y miembro concurrente de la Academia de Historia de Cuba.
“Sin teoría revolucionaria no hay práctica revolucionaria; pero es la práctica la que en última instancia transforma la realidad”, añade el artículo titulado "La «nueva política» de Estados Unidos hacia Cuba".
“Se impone una guerra aun más rigurosa y efectiva contra todos aquellos males e insuficiencias de orden interno que en ocasiones resultan más subversivos que la labor de nuestro enemigo y les facilita el trabajo”, agrega.
“En especial, es necesario desatar una ofensiva a muerte contra el burocratismo, la ineficiencia, la corrupción, la insensibilidad, la negligencia y la doble moral”.
Los presidentes Barack Obama y Raúl Castro anunciaron el 17 de diciembre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los dos país rotas durante más de medio siglo y el 22 de enero se celebró en La Habana la primera ronda de conversaciones para intentar lograrlo.
El gobierno de Obama ha dicho que no hay cambio en el objetivo de buscar la democratización de la isla comunista, sino de métodos, pues la política de aislamiento fue ineficaz.
El artículo apunta que lo que se está presenciando en Cuba es que “Estados Unidos ha trasladado el centro de su atención hacia la realidad interna cubana, en la que pretenden incidir más abiertamente y con premura”.
“Para Cuba, los retos no dejan de ser enormes”, reconoce, agregando que “habrá que movilizar a la verdadera sociedad civil cubana para articular una respuesta coherente a la nueva etapa de confrontación y que toda ella se convierta en nuestro principal y más poderoso núcleo de resistencia cultural”.
Disidentes cubanos señalaron la semana pasada en varias audiencias realizadas en el Congreso estadounidense que Cuba no tiene disposición de cambiar y que Estados Unidos no debe levantar el embargo hasta que haya cambios reales.