El presidente afgano Hamid Karzai suspendió las conversaciones sobre un nuevo tratado de seguridad con Estados Unidos, en protesta por la forma en que Estados Unidos se ha comprometido con el Talibán por encontrar una salida pacífica al conflicto en Afganistán.
El anuncio siguió al ataque talibán en la base aérea de Bagran, en las afueras de Kabul, en el que cuatro estadounidenses murieron; al traspaso de las funciones de seguridad de parte de las fuerzas de la OTAN al ejército afgano; y al anuncio de conversaciones de paz entre Estados Unidos y el Talibán supuestas a comenzar en unos días.
Karzai pretendía negociar directamente con el Talibán, pero éstos y Estados Unidos anunciaron que comenzarían a conversar primero entre ellos y luego con el gobierno de Afganistán.
En relación al ataque, las Fuerzas Internacionales de Asistencia y Seguridad (ISAF), liderada por Estados Unidos, confirmaron las bajas y aseguraron que los cuatro militares estadounidenses fueron asesinados en un "ataque en el este de Afganistán”.
El atentado no hace más que aumentar las dudas de quienes sostienen que Karzai aún no está listo para proteger a sus ciudadanos sin la ayuda de las tropas extranjeras.
Unos 66.000 soldados estadounidenses permanecen en suelo afgano, y se espera que esa cifra descienda a 32.000 a finales de este año.
El plan consiste en retirar todas las tropas de combate, pero mantener un número todavía no definido de militares en el país para ayudar a las fuerzas afganas en operaciones antiterroristas, cuando sea necesario.
El anuncio siguió al ataque talibán en la base aérea de Bagran, en las afueras de Kabul, en el que cuatro estadounidenses murieron; al traspaso de las funciones de seguridad de parte de las fuerzas de la OTAN al ejército afgano; y al anuncio de conversaciones de paz entre Estados Unidos y el Talibán supuestas a comenzar en unos días.
Karzai pretendía negociar directamente con el Talibán, pero éstos y Estados Unidos anunciaron que comenzarían a conversar primero entre ellos y luego con el gobierno de Afganistán.
En relación al ataque, las Fuerzas Internacionales de Asistencia y Seguridad (ISAF), liderada por Estados Unidos, confirmaron las bajas y aseguraron que los cuatro militares estadounidenses fueron asesinados en un "ataque en el este de Afganistán”.
El atentado no hace más que aumentar las dudas de quienes sostienen que Karzai aún no está listo para proteger a sus ciudadanos sin la ayuda de las tropas extranjeras.
Unos 66.000 soldados estadounidenses permanecen en suelo afgano, y se espera que esa cifra descienda a 32.000 a finales de este año.
El plan consiste en retirar todas las tropas de combate, pero mantener un número todavía no definido de militares en el país para ayudar a las fuerzas afganas en operaciones antiterroristas, cuando sea necesario.