El vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel, dijo que Alemania puede lidiar con al menos medio millón de migrantes al año durante varios años, pero para este año esperan 800.000.
“Yo creo que podríamos arreglarnos con algo en el orden de un medio millón durante varios años, dijo durante una entrevista el lunes por la noche. No tengo ninguna duda, hasta quizá más”, expresó Gabriel.
Los refugiados –en su mayoría de Siria e Irak, pero también de Pakistán y Bangladesh—buscan protección en los países más ricos.
La mayor parte tiene el objetivo de llegar a Alemania, donde además de proporcionarles techo, manutención, servicios sanitarios y ropa, los refugiados reciben 143 euros mensuales en metálico para sus gastos.
Esta situación, que garantiza la Ley de Asilo, se prolonga durante tres meses, tras los cuales se les proporciona aprendizaje de la lengua alemana y formación profesional que les permita integrarse en el mercado laboral.
Suecia también ofrece condiciones similares, pero para muchos es “demasiado lejos, demasiado frío y siempre es de noche”. Solo 700 inmigrantes han llegado a Malmo, la tercera ciudad más grande en Suecia,y todos son sirios.
Sin embargo, aun cuando la canciller Angela Merkel dijo que Alemania debe sentirse “orgullosa” de su respuesta, otros líderes europeos y opositores domésticos, culparon a la generosidad alemana de incentivar la llegada de más refugiados aun a costa de arriesgar sus vidas.
En Hungría, un país clave para la llegada de los que huyen de los conflictos del Medio Oriente, la idea de su primer ministro, Viktor Orbán, es acelerar la construcción de un muro en los 174 kilómetros de frontera con Serbia.
Con todas las medidas, el flujo de inmigrantes no para. El lunes las autoridades húngaras lucharon por contralar a los refugiados que llegan por miles a esa frontera, mientras en Grecia, la guardia costera dijo que sus patrulleras recogieron casi 500 migrantes en 11 misiones de rescate solo en las pasadas 24 horas.
