Las crisis humanitarias en Haití y Venezuela que han sometido a millones de personas al hambre, la violencia y las enfermedades podrían empeorar este año si no se entregan más fondos de asistencia, dijo el martes el grupo de ayuda Comité Internacional de Rescate (IRC).
Se estima que 4,7 millones de haitianos y 12,3 millones de venezolanos enfrentan inseguridad alimentaria.
"Las crisis en Haití y Venezuela representan desafíos prolongados que sacuden a toda la región pero, a medida que los conflictos se intensifican en el mundo, las prioridades contrapuestas están agotando la atención que reciben", dijo el vicepresidente regional de IRC, Julio Rank Wright.
Haití ocupó el puesto número 9 en la lista de vigilancia de emergencia 2023 del IRC, por debajo de Sudán del Sur y Burkina Faso y un escalón por encima de Ucrania.
El IRC estimó que al menos 5,2 millones de haitianos necesitan ayuda humanitaria y que alrededor del 40% de los ciudadanos del país se ve forzado que saltarse las comidas.
Las pandillas se han convertido en autoridades de facto en partes de la capital de Haití, Puerto Príncipe, después del asesinato del presidente Jovenel Moise en 2021.
La violencia ha desplazado a más de 155.000 haitianos solo dentro del país, dijo el IRC, mientras que las infecciones de cólera han resurgido, con más de 22.000 casos sospechosos registrados en enero.
El IRC dijo que está elaborando un plan de respuesta con socios locales para combatir el cólera, brindar servicios de salud y apoyar a supervivientes de la violencia de género.
Mientras tanto, en Venezuela, el IRC dijo que los servicios de salud están sobrecargados y los medicamentos son inaccesibles para unos 9,3 millones de personas tras años de una inflación altísima y crisis políticas.
Se estima que 7 millones de venezolanos han emigrado en los últimos años.
El IRC también dijo que el cambio climático había desplazado a casi 1,3 millones de personas en el norte de Centroamérica, lo que agudiza la pobreza y el hambre.
La organización también expresó su preocupación por México, que recibió cerca de 250.000 solicitudes de asilo en los últimos dos años y continúa apoyando a los migrantes expulsados de Estados Unidos.
México es el único país de la región mencionado por el IRC el martes sin un plan de respuesta humanitaria bajo las directrices de la ONU, lo que dificulta la acción y la coordinación para ofrecer asistencia.
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