Las pruebas de última etapa en Brasil muestran que la vacuna china contra el COVID-19 tiene una eficacia del 50,38 por ciento, casi 30 puntos porcentuales por abajo de los resultados iniciales dados a conocer la semana pasada.
El Instituto Butantan, un instituto de investigación basado en São Paulo y que es responsable de desarrollar la vacuna y realizar las pruebas en el país, anunció la semana pasada que la vacuna tenía una eficacia del 78 por ciento, además de ofrecer una protección total contra casos severos. Las nuevas pruebas, que involucraron a 12.508 voluntarios, mostraron que Sinovac sigue siendo 100 efectiva en bloquear los casos severos.
“Esta es una vacuna eficiente”, dijo Ricardo Palacios, investigador principal del Instituto Butantan, en una rueda de prensa el martes. “Tenemos una vacuna que puede controlar la pandemia mediante este efecto, que es la disminución de la intensidad de la enfermedad”.
Los resultados vienen en un momento en que el gobierno del presidente Jair Bolsonaro ha sido criticado por el retraso en la distribución de las vacunas. Países vecinos, como Chile con la vacuna de Pfizer-BioNTech y Argentina con la rusa Sputnik V, empezaron sus campañas de vacunación semanas atrás, mientras Brasil aún no tiene un plan concreto de inmunización una semana después que el país sobrepasó las 200.000 muertes por el COVID-19.
La semana pasada, el gobierno de Bolsonaro cerró un acuerdo con el Instituto Butantan por 100 millones de dosis para ser distribuidas a finales del 2021. La vacuna sin embargo aún necesita la aprobación de la Agencia Nacional de Vigilancia de la Salud (ANVISA, por sus siglas en portugués).
El Instituto Butantan ha incluído los nuevos resultados en su solicitud de emergencia para aprobación, inicialmente presentada el viernes. ANVISA requiere una efectividad de por lo menos el 50 por ciento para las vacunas, el mismo porcentaje recomendado por la Organización Mundial de la Salud.