El director del programa de emergencias de la Organización Mundial de la Salud, Mike Ryan, dijo el miércoles que las vacunas por sí solas no acabarán con la pandemia del COVID-19 y no harían nada para detener el nuevo brote mundial de infecciones del coronavirus.
Ryan hizo los comentarios durante una sesión virtual de preguntas y respuestas desde la sede de la agencia en Ginebra, Suiza.
Sus comentarios se produjeron el mismo día que la farmacéutica Pfizer y su socio alemán BioNTech anunciaron los resultados finales de su prueba de última etapa de su vacuna contra el COVID-19, la cual indicó que tiene un 95% de efectividad.
Las compañías dijeron que tenían los datos de seguridad recopilados durante dos meses y que aplicarían en breve para una autorización de emergencia para el uso de su vacuna.
El lunes, la farmacéutica Moderna publicó datos preliminares de su vacuna, mostrando una efectividad similar.
Ryan dijo que el mundo tendría que superar la actual ola de infecciones de COVID-19 sin vacunas, las cuales, -explicó-, no serán una solución total.
"Alguna gente piensa que las vacunas serán, en cierta forma, la solución, el unicornio que todos hemos estado persiguiendo. No lo es”, afirmó.
Indicó que lo más importante que la gente puede hacer ahora para evitar que los hospitales y las unidades de cuidado intensivo sean sobrepasados es frenar el contagio de la enfermedad mediante medidas de distanciamiento físico. Cuando haya una vacuna viable y disponible, dijo, será otra herramienta que podrá usarse.
"Agregar vacunas dará una enorme oportunidad. Pero si agregamos vacunas y olvidamos las otras medidas, el COVID-19 no se irá a cero”, dijo Ryan. “Necesitamos agregar la vacunación a las ya existentes medidas físicas” para cuidar y practicar la buena higiene. “Y si agregamos ese distanciamiento físico e higiene y cuidados a las vacunas, creo que avanzaremos mucho para eliminar al virus”.