La Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó este martes su informe inicial sobre el inicio de la pandemia, un documento cuyas conclusiones han sido puestas en duda por la falta de acceso a información vital y por no lograr identificar el origen del COVID-19.
Al presentar el documento, el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, expresó su preocupación por las dificultades que enfrentó el equipo de esa entidad que viajó a China a buscar datos sobre el origen del nuevo coronavirus. En comentarios a los Estados miembro de la agencia , Tedros mencionó problemas para acceder a datos no procesados por parte de China.
No obstante, pidió más estudios porque la evaluación, hasta ahora, no ha sido lo suficientemente completa. “Espero que los futuros estudios de colaboración incluyan un intercambio de datos más oportuno y completo”, agregó.
Las conclusiones incompletas sobre el origen del virus probablemente signifiquen que continuará la tensión por sobre cómo comenzó la pandemia, y las dudas sobre si China ha ayudado u obstaculizado los esfuerzos para averiguarlo.
El informe dice que lo más probable es que hubo una transmisión del coronavirus desde murciélagos a seres humanos a través de otro animal, y descartó como “extremadamente improbable” la hipótesis de un origen en un laboratorio, una posibilidad que algunos contemplan, pero que, por ejemplo, ya descartó el Departamento de Defensa de EE. UU. hace tiempo.
No obstante, Tedros señaló que “todas las hipótesis siguen sobre la mesa” porque todavía no se ha encontrado el origen del virus, “y debemos continuar siguiendo la ciencia y no dejar ninguna piedra sin remover”.
Según el director de la OMS, es "perfectamente posible" que los casos de COVID-19 hubiesen estado circulando alrededor de Wuhan en octubre o noviembre de 2019, lo que podría haber contribuido a una propagación al exterior más temprana de lo que se ha documentado.
El enviado especial de la OMS David Nabarro expresó, por su parte, la dificultad de hallar el origen del virus.
“No sabemos el origen preciso del VIH (el virus del sida), no sabemos el origen preciso del ébola y llevará mucho tiempo encontrar el origen preciso del COVID-19”, señaló.
La Casa Blanca, insatisfecha
El Gobierno estadounidense reaccionó con escepticismo al informe al considerar que le falta información imprescindible.
“Le faltan datos cruciales, información, le falta acceso, le falta transparencia", denunció la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, en rueda de prensa. “Nos nos aporta una mayor entendimiento del origen del virus".
La funcionaria detalló que el informe, en cualquier caso, "aún" está siendo revisado por un equipo de 17 expertos, pero adelantó que, en cualquier caso, sus conclusiones no ofrecen "un mayor entendimiento" del que se tenía sobre le origen de la pandemia, "hace seis o nueve meses".
Estados Unidos no fue el único país que expresó su disconformidad con las conclusiones del informe de la OMS. Australia, Canadá, la República Checa, Dinamarca, Estonia, Israel, Japón, Letonia, Lituania, Noruega, Corea del Sur, Eslovenia y el Reino Unido, se sumaron a Washington, en un comunicado conjunto en el reclamaban "un renovado compromiso" por parte del organismo internacional.
"De aquí en adelante, debe haber un renovado compromiso de la OMS y de todos sus Estados Miembro respecto al acceso, la transparencia y las fechas", instaron estas naciones en un comunicado divulgado por la cartera de Exteriores estadounidense.