El primer ministro francés, Jean Castex, dijo el viernes que el gobierno no estaba planeando un nuevo cierre a nivel nacional en respuesta a un aumento dramático en los casos de COVID-19 esta semana.
En un comunicado televisado en París, luego de una reunión con el Consejo de Defensa, Castex reconoció que la situación del COVID-19 ha empeorado e instó a los ciudadanos a practicar el distanciamiento social y usar máscaras. Además, dijo que el gobierno tomaría medidas para frenar la propagación del coronavirus que causa el COVID-19.
Castex indicó que estas medidas incluirían pruebas aceleradas para casos prioritarios y dar a las autoridades locales el poder de hacer que algunas empresas reduzcan los horarios de apertura. Pero el primer ministro francés dijo que no "pospondrán nuestras vidas sociales, culturales y económicas, la educación de nuestros hijos y nuestra capacidad para vivir normalmente".
El gobierno francés está bajo una nueva presión para frenar la propagación de la enfermedad, ya que las autoridades de salud informaron el jueves 9,843 nuevos casos confirmados de coronavirus, un nuevo récord que supera el récord anterior de 8,975, establecido seis días antes. Los expertos en salud franceses han pedido al gobierno que actúe para evitar una segunda ola del virus.
El jefe del consejo científico del gobierno, Jean-François Delfraissy, dijo el miércoles que el gobierno debe tomar "una serie de decisiones difíciles en los próximos 10 días".
En marzo, Francia impuso un estricto bloqueo. Eso logró evitar que el sistema hospitalario se viera abrumado por los casos de COVID-19, pero también asestó un duro golpe a la economía. Ese bloqueo se relajó a principios de mayo.