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Francis Collins, director del NIH: "Es asombroso lo que se ha hecho" con la vacuna del COVID-19


Francis Collins, director del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, conversó con la Voz de América. [Foto: Reuters/Archivo]
Francis Collins, director del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, conversó con la Voz de América. [Foto: Reuters/Archivo]

La colaboradora de la Voz de América Greta Van Susteren entrevistó a Francis Collins, director del Instituto Nacional de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés). Entre los temas abordados tuvo un lugar destacado la vacuna contra el COVID-19 y su desarrollo.

VOA: Todos los estadounidenses sabemos lo que es el NIH y estamos muy orgullosos de él. ¿Pero puede usted explicarlo?

Collins: El Instituto Nacional de la Salud es el mayor baluarte de las investigaciones biomédicas en el mundo. Básicamente, todo lo que Estados Unidos está haciendo en términos de investigación e instituciones académicas del instituto y nuestro propio programa intramural es financiado por los contribuyentes a través de su presupuesto, y yo soy el director que está encargado de asegurar que ese dinero se gaste juiciosamente, desde las ciencias básicas a ensayos clínicos. La diabetes, los cánceres raros y, por supuesto ahora COVID-19, y para eso es que recibimos 42.000 millones de dólares anuales.

VOA: ¿Qué hemos escuchado que hace la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) en términos de la vacuna?

Collins: La FDA es una agencia hermana, ambos pertenecemos al Departamento de Salud y Servicios Humanos. El trabajo de la FDA es de regulador y revisar cualquier nueva propuesta, que puede ser una prueba de diagnóstico, una terapia, quizás una vacuna, y juntar todos los datos para decidir si va a ser seguro y efectivo. Nosotros generalmente hacemos la investigación tratando de estimular que suceda este tipo de progreso y la FDA decide si es seguir para el público comenzar su uso generalizado.

VOA: Todos estamos esperando ansiosamente por esas vacunas y al y algunas están más cercas que otras, como las de Moderna y Pfizer, pero una vez que obtengan la luz verde de la FDA, ¿quién decide a quién llega primero?

Collins: Bien, este es un gran día para eso, básicamente los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) tienen un Comité Asesor para Prácticas de Inmunización, ACIP, cuyo trabajo es revisar una circunstancia en que se tiene una vacuna que la FDA ha decidido que es segura y efectiva, al menos para uso de emergencia, pero no hay dosis suficientes para todos el primer día. Esa es una importante decisión que incluirá a los proveedores de atención de la salud, porque queremos que estén seguros en su experiencia en la primera línea e incluirá a personas de alto riesgo, particularmente a los ancianos con enfermedades crónicas. Y eso continuará en los próximos meses en la medida en que más dosis haya disponibles, pero por supuesto tratando de proteger primero a las personas más vulnerables.

VOA: Tengo la edad suficiente para recordar cuando salió la vacuna de la polio, ¿sabe usted cómo se hizo la distribución?

Collins: No conozco todos los detalles. Inicialmente hubo un gran ensayo paraver si funcionaba, como ahora se está haciendo con la vacuna de COVID-19 con decenas de miles de personas. Una vez que se decidió que funcionaba, entonces hubo esa situación de cuántas dosis habría disponible y todo no sucedió de la noche a la mañana. De hecho, tardó bastante tiempo, uno o dos años.

En este caso, la estrategia conocida como Operación a la Velocidad de la Luz (Operation Warp Speed, en inglés) ha invertido en la manufactura de dosis de la vacuna incluso antes que supiéramos si una de esas seis o más vacunas iban a funcionar, con la expectativa de que una de ellas no lo hacía habría que descartar esas dosis. Felizmente ahora tenemos dos que parece que obtendrán la aprobación de la FDA en las próximas dos semanas.

Y hay otras que vienen detrás que podrían ser aprobadas en enero. Idealmente, pudiéramos tener múltiples vacunas diferentes, cada una de las cuales tienen decenas de millones de dosis y podríamos realmente obtener inmunizaciones para todos nosotros, no solo para los más vulnerables.

Foto tomada del video de la entrevista de la VOA a Francis Collins, director del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos.
Foto tomada del video de la entrevista de la VOA a Francis Collins, director del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos.

VOA: ¿Cuál ha sido el papel del gobierno de EE.UU. para acelerar esto, liberar alguna de la burocracia o canalizar más fondos?

Collins: Es sorprendente lo que se ha hecho, porque tradicionalmente toma de ocho a 10 años desarrollar una vacuna contra un nuevo patógeno y esto se ha hecho en menos de un año.

El gobierno de Estados Unidos aglutinó todos los recursos para asegurar la coordinación. La Operación Velocidad de la Luz hizo posible que también se eliminaran algunos de esos largos retrasos que a menudo irritan el proceso cuando se va a la fase uno y después hay que esperar varios meses antes de pasar a la fase dos. Todo eso fue sincronizado de una forma sin precedentes, pero sin comprometer la seguridad. Estas serán probablemente las vacunas más probadas en términos de seguridad y eficacia, y la buena noticia es que las dos primeras ya van a ser revisadas por la FDA.

Lucen extremadamente bien, con una eficacia de más del 90%, más de lo que esperábamos, y con un récord de seguridad que también luce extremadamente bien, para comenzar a ver cómo podremos dejar atrás a la COVID-19. Pero tomará algunos meses para que esté disponible para todos.

VOA: No quisiera ver otro virus en el futuro, pero presumo que eso es inevitable y que EE.UU. ha aprendido algo nuevo en cuanto a descartar alguna burocracia, ¿podemos esperar igual en el futuro y tomará menos tiempo lograr una vacuna rápida en lugar de ocho o nueve años?

Collins: Sin duda. Hemos aprendido mucho y lo hemos documentado todo para que pueda hacerse con mayor eficiencia. Nuestro logro de tener vacunas listas para los individuos en menos de un años seguramente será la norma en el futuro y quizás podamos hacerlo incluso un poco más rápido, aunque sería algo difícil avanzar. Hay que hacer los ensayos y ver hasta qué punto la vacuna funciona y eso puede acelerarse muy poco.

Sin embargo, espero, y soy parte de esa decisión y de la discusión actual que no podemos caer de nuevo en la complacencia una vez que pasemos la COVID-19, porque habrá otra pandemia por ahí, quién sabe si en cinco años, 10 años o el año que viene, y probablemente podría haber otro coronavirus o un virus de influenza. Y esa es la naturaleza de nuestro mundo, solo hay que echar un vistazo a la historia.

VOA: Entiendo que Moderna y Pfizer usaron una ciencia llamada ARN Mensajero ¿son sus vacunas diferentes o muy similares?

Collins: Son bastante similares. Básicamente el ARN Mensajero es parte de un ácido nucleico que codifica como proteína, y esta es una manera hábil de desarrollar una vacuna en la que básicamente se sintetiza el ARN Mensajero que tiene la información correcta, se inyecta en un músculo. El músculo dice ‘ya sé lo que quiero hacer con el ARN Mensajero, lo convierto en una proteína’.

Entonces produce la proteína con puntas, que son esas características del coronavirus y esas proteínas con puntas. El sistema inmune dice ‘no lo harás y crea un anticuerpo para ellos. Todo muy rápido. Por eso es que Pfizer y Moderna son las primeras en salir, porque el método del ARN Mensajero puede comenzar casi inmediatamente después del momento en que se aíslan los virus.

De modo que es un nuevo método, luce extremadamente promisorio, pienso que transformará las vacunas para todo, porque parece que ha funcionado y es la primera vez que ha llegado hasta los ensayos de la fase tres y la aprobación de la FDA.

VOA: Una de las particularidades será la distribución y Pfizer requiere que la vacuna se mantenga con una increíble refrigeración. ¿Por qué si es son tan similares las vacunas de Moderna y Pfizer una necesita mucho más frío y cómo esto puede inhibir algo de su distribución?

Collins: La vacuna de Moderna se puede mantener en un refrigerador regular hasta por una semana, pero la de Pfizer está cubierta de una forma diferente, no solo es el ARN Mensajero, sino que tiene un envoltorio de lípidos que es muy sensitivo a calentarse, por eso es que hay que mantenerla a menos 94 grados, algo que no es posible en ciertos lugares. La cubierta de Moderna no es tan sensible a la temperatura y se mantiene más estable.

VOA: ¿Sospecho que los NIH también están trabajando en tratamientos, nuevas terapias para combatir el coronavirus?

Collins: De hecho, estamos y esa es una parte importante de cómo paso mi tiempo y hemos logrado un progreso real allí. Tenemos el medicamento remdesivir, que es un antiviral que ayuda a las personas que están bastante enfermas en el hospital.

Tenemos la dexametasona, un esteroide que también ayuda a las personas más enfermas en las unidades de cuidado intensivo. Y tenemos anticuerpos monoclonales desarrollados a partir de personas que han sobrevivido al COVID-19 básicamente purificando sus anticuerpos que los ayudan a recuperarse y dárselos a otras personas, mostrando promesas reales, especialmente si se las da temprano a personas de alto riesgo.

Tenemos otros ensayos que están sucediendo en este momento y que muy bien pueden producir otros inmunosupresores o antivirales que pueden agregarse a esto en comparación con lo que teníamos disponible en febrero y marzo, donde no teníamos casi nada.

Ahora tenemos un gran menú de terapias y la supervivencia ciertamente ha mejorado para las personas que se enferman gravemente con esto, pero sigue siendo una enfermedad muy grave, hemos perdido 275.000 personas. Y estos son unos meses aterradores que estamos viendo con el invierno, y con la vacuna aún no tan ampliamente disponible como lo estará en el verano.

* Puede acceder a la entrevista íntegra en el siguiente enlace de VOA News.

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