El presidente chino, Xi Jinping, dijo el sábado que China está enfrentando una situación grave, cuando el número de muertos por el brote de coronavirus en China se elevó el sábado a 41, poniendo una nota sombría al comienzo del Año Nuevo Lunar.
Con más de 1.400 casos en el mundo, la mayoría en China, Hong Kong declaró emergencia por el virus, se cancelaron celebraciones y se anunciaron restricciones a los contactos con China continental.
Xi sostuvo una reunión con la comisión política el sábado para ver medidas de combate el brote "acelerado", informó la televisión estatal.
"Mientras tengamos firme confianza, trabajemos juntos, (haya) prevención científica y curas, y políticas concretas, seremos capaces, con seguridad, de ganar la batalla”, agregó el mandatario, quien sostuve que ante la grave situación, "es necesario reforzar la dirección centralizada y unificada del Comité Central del Partido”.
La ciudad china de Wuhan, que está en cuarentena por ser el epicentro de un nuevo virus, prohibió el sábado la circulación de casi todos los vehículos por el centro, y Hong Kong dijo que cerrará las escuelas durante dos semanas, en un intento de las autoridades por limitar la propagación de una enfermedad
Los vehículos que transportan suministros de emergencia y personal médico a Wuhan estarán exentos de peajes y se les dará prioridad en el tráfico, dijo el sábado el Ministerio de Transporte de China.
La ciudad, donde viven 11 millones de personas, asignarán 6.000 taxis a diferentes vecindarios, que están gestionados por comités de residentes, para ayudar en los desplazamientos si fuese necesario, explicó el diario chino de habla inglesa China Daily.
Además, Hong Kong impedirá la llegada de trenes y vuelos directos procedentes de Wuhan, agregó. El brote comenzó en esa ciudad del centro de China y se expandió tanto al resto del país como al extranjero, gracias en parte a los millones de desplazamientos durante el feriado más importante del año.
La líder de Hong Kong, Carrie Lam, declaró el sábado una emergencia por virus en el centro financiero asiático, donde se han confirmado cinco casos, lo cual supuso la inmediata cancelación de las visitas oficiales a la China continental y de las celebraciones oficiales del Año Nuevo Lunar.
Las ciudades de Yichang, Suizhou y Jingzhou fueron las últimas en entrar en la lista de cuarentena el viernes en la noche y el sábado.
El sábado, Australia confirmó sus primeros cuatro casos de contagiados por el coronavirus, mientras que Malasia confirmó tres y Francia informó de los primeros en Europa el viernes. Las autoridades sanitarias de todo el mundo hacían todo lo posible para tratar de evitar una urgencia internacional.
China suspendió el transporte a la ciudad el miércoles, incluyendo trenes y aviones, además del transporte público dentro de la urbe, e impuso medidas similares de aislamiento en 16 ciudades próximas que, en total, suman 50 millones de habitantes, más que Nueva York, Londres, París y Moscú juntas.
La Comisión Nacional de Salud reportó el sábado un fuerte aumento en el número de infectados, con 1.287 casos y 41 fallecimientos. El conteo abarca 29 provincias del país e incluye 237 enfermos en condición grave. Los 41 decesos se produjeron en China: 39 en la provincia de Hubei, uno en Hebei y uno en Heilongjiang.
Hu Yinghai, subdirector general del Departamento de Asuntos Civiles de la provincia de Hubei, donde se encuentra Wuhan, recomendó el sábado que se compren mascarillas y trajes protectores. Los hospitales de la ciudad han hecho peticiones similares.
"Estamos llevando a cabo medidas de control y prevención de enfermedades (...). Pero ahora mismo nos enfrentamos a una crisis de salud pública extremadamente grave", dijo en una sesión informativa.
En el estado australiano de Nueva Gales del Sur, tres hombres de 53, 43 y 35 años de edad se encontraban en condiciones estables tras haberse confirmado que eran portadores del virus a su regreso de Wuhan a principios de este mes.
Un ciudadano chino de 50 años que había estado en Wuhan también se encontraba estabilizado en un hospital de Melbourne tras haber llego desde China el 19 de enero, informaron las autoridades de Victoria Health.
La Red Global de Televisión de China (CGTN, por sus siglas en inglés), de propiedad estatal, informó el sábado en un tuit que un médico que había estado tratando pacientes en Wuhan, Liang Wudong, de 62 años, había muerto a causa del virus.
No estaba claro si su muerte ya había sido contabilizada en la cifra oficial de 41, de las cuales 39 ocurrieron en la provincia central de Hubei, donde se encuentra Wuhan.
La cadena estadounidense de café Starbucks anunció el sábado que cerraría todos sus puntos de venta en la provincia de Hubei durante la semana de vacaciones del Año Nuevo Lunar, tras una decisión similar de McDonald's en cinco ciudades de Hubei.
Emergencia que avanza
El número de casos confirmados en China asciende a 1.287. El virus también ha sido detectado en Tailandia, Vietnam, Singapur, Japón, Corea del Sur, Taiwán, Nepal Francia, Australia y Estados Unidos.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) dijeron el viernes que están observando a 63 pacientes y que hay dos casos confirmados, ambos de personas que viajaron a Wuhan.
Los tres primeros casos en el continente europeo han sido detectados en Francia, donde dos hombres permanecen hospitalizados en París y uno más en Burdeos, al suroeste del país.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró esta semana que el nuevo coronavirus era una "emergencia en China", pero no llegó a decretar una alerta internacional.
El coronavirus recientemente identificado ha creado alarma porque todavía hay muchas incógnitas que lo rodean, como cuán peligroso es y cuán fácilmente se propaga entre las personas. La infección puede causar neumonía, que en algunos casos es mortal.
Los síntomas que provoca incluyen fiebre, dificultades respiratorias y tos. La mayoría de las muertes han sido en pacientes de edad avanzada, muchos con condiciones médicas preexistentes, dijo la Organización Mundial de la Salud (OMS).
No hay vacuna o tratamiento específico para combatir el nuevo virus.