Menos de un día después de un ensayo sin precedentes de ocho misiles balísticos por Corea del Norte, la respuesta de Corea del Sur y Estados Unidos no se hizo esperar, con lanzamientos ocho de sus propios misiles hacia el mar desde la costa oriental de la península de Corea.
La acción fue la más reciente señal de que el nuevo presidente conservador de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, responderá con mayor rapidez y firmeza a las pruebas de misiles y las provocaciones del Norte.
También representa un cambio con respecto a la política de su antecesor Moon Jae-in, quien redujo las expresiones públicas de poderío militar para reducir las tensiones y preservar las probabilidades de conversar con Pyongyang.
Algunos analistas temen ahora que Yoon podría desatar un peligroso ciclo de provocaciones, que darían al líder norcoreano otra justificación para ensayar armas mucho más poderosas.
Otros, sin embargo, opinan que una respuesta firme de Estados Unidos y Corea del Sur es necesaria para disuadir ataques de Corea del Norte y dar confianza a los aliados que dependen de la protección de EEUU.
Paz desde posición de fuerza
El domingo, Corea del Norte lanzó ocho misiles balísticos hacia el mar en un período de 35 minutos, dijeron los militares surcoreanos. La respuesta de este lunes fue de siete misiles surcoreanos y uno estadounidense.
Los militares surcoreanos dijeron que el ejercicio demostró “capacidad y actitud para lanzar ataques inmediatos de precisión relacionados con el origen de las provocaciones”.
“Nuestro gobierno responderá firme y activamente a cualquier provocación de Corea del Norte”, expresó Yoon poco después en una ceremonia de recordación de los caídos en Corea del Sur. “Garantizaremos que no haya ninguna grieta en la protección de las vidas y las propiedades de nuestro pueblo”.
Yoon, quien a menudo criticó los intentos de diálogo de Moon con Corea del Norte como peligrosos e ingenuos, ha promovido una política de “paz desde una posición de fuerza” y respalda no solo continuar con el fortalecimiento militar de Corea del Sur, sino también expandir la alianza con EEUU.
Durante una cumbre el mes pasado, Yoon y el presidente de EEUU, Joe Biden, discutieron celebrar mayores ejercicios militares. También reafirmaron el compromiso de Estados Unidos de emplazar “medios estratégicos”, una posible referencia a bombardeos y buques con capacidad nuclear.
Hay temores también de que Yoon pueda ir demasiado lejos y provocar innecesariamente a Corea del Norte. Durante su campaña, prometió “ataques preventivos” contra Corea del Norte en caso de amenazas inminentes.
Jean Lee, una especialista en Corea en el Wilson Center, dijo a la Voz de América que una posición más determinada contribuirá a una escalada de las tensiones intercoreanas, pero que la administración Biden se encargará de que la repuesta de los aliados sea calibrada.
“Es importante para la administración Yoon actuar con rapidez y decisión en respuesta a las provocaciones de Corea el Norte, no sólo para enviar una advertencia, sino también para reafirmar a sus ciudadanos y aliados en la región de que su gobierno está en comunicación estrecha con la administración Biden”, explicó.
Añadió que, “sin embargo, responder a cada provocación podría arriesgar un regreso a las tensiones de 2017 y solo daría a Kim la justificación para acelerar los ensayos”.
[Informe de William Gallo, VOA]
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