Corea del Norte realizó un gran desfile militar el domingo para conmemorar sus 70 años como país pero no exhibió sus misiles más avanzados y enfocó casi la mitad del evento en resaltar los esfuerzos civiles para fomentar la economía doméstica.
El fuerte énfasis en la economía demuestra la nueva estrategia del líder Kim Jong Un de situar el desarrollo económico en primer plano.
Kim asistió al desfile realizado por la mañana pero no habló ante la gente ni los invitados, entre los cuales estaban el jefe del parlamento chino y altos delegados de países que tienen lazos estrechos con Corea del Norte.
El estadista sénior Kim Yong Nam, jefe del parlamento norcoreano, estableció el tono relativamente amable para el evento con un discurso de apertura en el que enfatizó las metas económicas del régimen, no su poderío económico.
Después de un desfile con interrupciones en el que resaltaron tanques, menos misiles de lo usual y muchas unidades de todas las ramas de las fuerzas armadas, junto con algunos estudiantes, el enfoque cambió a organizaciones civiles, desde enfermeras hasta trabajadores de construcción, muchos acompañados de flotas coloridas.
Aunque Corea del Norte realiza desfiles militares casi todos los años, y justo realizó uno antes de que comenzaran las Olimpiadas en Corea del Sur en febrero pasado, el desfile del domingo ocurrió en un momento particularmente delicado.
Los esfuerzos de Kim para aliviar la tensión con el presidente Donald Trump han llegado a un punto muerto, luego que ambos tuvieran una cumbre en junio en Singapur. Ambos lados ahora insisten en comenzar las negociaciones de otra manera. Washington quiere que Kim se comprometa a la desnuclearización primero, pero Pyongyang quiere que se garantice su seguridad y un acuerdo de paz poniendo fin de manera formal a la Guerra de Corea.
Ahora que la tensión aumenta de nuevo, un desfile que exhibe los mismos misiles que el año pasado pusieron nervioso a Trump, y que conllevó a que ambos líderes se insultaran mutuamente, podría verse como un acto deliberado de provocación.
Corea del Norte exhibió sus últimos misiles en su desfile de febrero, sin embargo, y Washington apenas se inmutó.