Las conversaciones sobre el Brexit entre Reino Unido y la Unión Europea registraron “avances”, afirmó el jueves el ministro británico de Finanzas, Philip Hammond, pese a que aún no se vislumbra una solución clara al gran problema con la frontera irlandesa.
Desde el estrepitoso rechazo de su acuerdo con Bruselas en enero por los diputados británicos, la primera ministra Theresa May intenta reabrir las negociaciones con la UE para modificar de algún modo el texto.
May está tratando de obtener cambios en el paquete de separación, antes de someterlo a otra votación en el parlamento. Si ella falla, May tendrá que decidir si retrasar el Brexit o poner en peligro la quinta economía más grande del mundo al salir sin un acuerdo el 29 de marzo.
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Su objetivo es obtener “cambios vinculantes” al denominado “backstop”, una salvaguarda muy criticada en Reino Unido concebida como último recurso para garantizar que la frontera entre la República de Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte permanezca abierta tras el Brexit, previsto para el 29 de marzo.
“Estamos avanzando en las discusiones para asegurar una garantía (…) de la naturaleza temporal del backstop” o “arreglos alternativos” susceptibles de sumar una mayoría en la Cámara de los Comunes, dijo Hammond a la BBC.
El Parlamento debe volver a votar el 27 de febrero sobre el rumbo a seguir y si el gobierno no puede presentar aún una nueva versión del acuerdo de Brexit espera al menos traer algo nuevo que le permita ganar tiempo.
Hammond, ministro de finanzas de May, planteó la esperanza de que un acuerdo revisado estaba en juego diciendo que los legisladores podrían tener una oportunidad la próxima semana para votar sobre éste.
Pero a las pocas horas de los comentarios de Hammond, una fuente del gobierno británico, hablando bajo condición de anonimato, minimizó la posibilidad de un acuerdo en cuestión de días.
"No parece que tengamos un acuerdo la próxima semana", dijo la fuente.
“Podría haber una oportunidad de organizar una nueva votación en la Cámara de los Comunes”, también aseguró Hammond. “Pero eso dependerá de los avances que se hagan en los próximos días”, agregó.
El mayor problema de May es el llamado respaldo irlandés, una póliza de seguro para mantener abierta la frontera entre la provincia británica de Irlanda del Norte e Irlanda, miembro de la UE, si un futuro acuerdo comercial se queda corto después del Brexit.
El Parlamento le dio instrucciones para que reemplace el respaldo al reabrir el Acuerdo de Retiro, pero la UE lo descartó.
May también afirmó el miércoles haber realizado “progresos” tras una reunión en Bruselas con el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker. Sin embargo, no logró una revisión del controvertido “backstop”.
La primera ministra británica se reunirá con sus homólogos europeos con ocasión de una cumbre este domingo y lunes entre los países de la UE y los Estados de la Liga Árabe en la localidad egipcia de Sharm el Sheij, precisó Hammond.