Tal como se esperaba, el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, llenó de energía la sede de la Convención Republicana, con el discurso de clausura de la primera jornada en el que hizo un llamado a trabajar por un "segundo siglo estadounidense".
Conocido por su franqueza, simpatía y soltura, Christie hizo reír al público con sus anécdotas sobre sus padres, y especialmente sobre el fuerte carácter de su madre de origen siciliano. “No se equivoquen –dijo sobre ella—. En el automóvil de la vida, mi papá era el pasajero. Ella conducía”.
"Ella hablaba con la verdad, francamente, directamente y sin barnices. Yo soy su hijo", dijo, haciendo reir a la audiencia.
Christie aseguró que Mitt Romney es el hombre que "nos dirá las auténticas verdades que necesitamos escuchar", para equilibrar el presupuesto o para "poner fin al desastre que supone colocar el mayor sistema de salud del mundo en manos de los burócratas federales y a esos burócratas entre un ciudadano estadounidense y su médico".
Christie argumentó que la nueva era de predominio estadounidense se apoyará "en un ejército fuerte" y en la "seguridad de nuestros valores", porque el trabajo ético del pueblo estadounidense "no tiene igual" y nuestra Constitución tiene que seguir siendo "un modelo para todos los que luchan por la libertad".
"No somos víctimas del destino, somos los dueños de nosotros mismos", arengó Christie.
Conocido por su franqueza, simpatía y soltura, Christie hizo reír al público con sus anécdotas sobre sus padres, y especialmente sobre el fuerte carácter de su madre de origen siciliano. “No se equivoquen –dijo sobre ella—. En el automóvil de la vida, mi papá era el pasajero. Ella conducía”.
"Ella hablaba con la verdad, francamente, directamente y sin barnices. Yo soy su hijo", dijo, haciendo reir a la audiencia.
Christie aseguró que Mitt Romney es el hombre que "nos dirá las auténticas verdades que necesitamos escuchar", para equilibrar el presupuesto o para "poner fin al desastre que supone colocar el mayor sistema de salud del mundo en manos de los burócratas federales y a esos burócratas entre un ciudadano estadounidense y su médico".
Christie argumentó que la nueva era de predominio estadounidense se apoyará "en un ejército fuerte" y en la "seguridad de nuestros valores", porque el trabajo ético del pueblo estadounidense "no tiene igual" y nuestra Constitución tiene que seguir siendo "un modelo para todos los que luchan por la libertad".
"No somos víctimas del destino, somos los dueños de nosotros mismos", arengó Christie.