Fuerzas iraquíes y militantes sunitas que luchan por el control de la mayor refinería de petróleo del país continúan sus enfrentamientos este jueves en Beiji.
Testigos reportaron humo saliendo de la planta y dijeron que la bandera negra del Estado Islámico de Irak y el Levante ondeaba en el edificio. También aseguran que los militantes tienen retenes alrededor de la refinería situada a 250 kilómetros al norte de Bagdad.
Pero funcionarios de seguridad iraquíes dijeron que el gobierno aún estaba en control de la refinería, que está ubicada a mitad de camino entre Bagdad y Mosul.
Además, el primer ministro de Irak, Nouri al-Maliki, ofreció este jueves 644 dólares a voluntarios que se unan a luchar junto a las fuerzas de seguridad del país en áreas donde se batalla contra la insurgencia. También prometió que todos los voluntarios recibirán una ración de alimentos adicional.
Entre tanto, Estados Unidos continúa analizando opciones sobre cómo ayudar a Irak a luchar contra los militantes que han tomado importantes ciudades en el Norte y amenazan la capital.
El jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU. general Martin Dempsey dijo a una subcomisión del Senado, el miércoles, que el gobierno iraquí pidió ataques aéreos de Estados Unidos.
Dempsey agregó que el gobierno iraquí, encabezado por los chiitas, ha fracasado a su pueblo y que los líderes no llevaron a cabo su compromiso de formar un gobierno de unidad con sunitas y kurdos.
El vicepresidente Joe Biden habló por teléfono, el miércoles, con el primer ministro iraquí, Nouri al-Maliki, al igual que con líderes sunitas y kurdos a quienes destacó la necesidad de un gobierno de unidad que pueda hacer frente a la amenaza de los militantes.
Testigos reportaron humo saliendo de la planta y dijeron que la bandera negra del Estado Islámico de Irak y el Levante ondeaba en el edificio. También aseguran que los militantes tienen retenes alrededor de la refinería situada a 250 kilómetros al norte de Bagdad.
Pero funcionarios de seguridad iraquíes dijeron que el gobierno aún estaba en control de la refinería, que está ubicada a mitad de camino entre Bagdad y Mosul.
Además, el primer ministro de Irak, Nouri al-Maliki, ofreció este jueves 644 dólares a voluntarios que se unan a luchar junto a las fuerzas de seguridad del país en áreas donde se batalla contra la insurgencia. También prometió que todos los voluntarios recibirán una ración de alimentos adicional.
Entre tanto, Estados Unidos continúa analizando opciones sobre cómo ayudar a Irak a luchar contra los militantes que han tomado importantes ciudades en el Norte y amenazan la capital.
El jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU. general Martin Dempsey dijo a una subcomisión del Senado, el miércoles, que el gobierno iraquí pidió ataques aéreos de Estados Unidos.
Dempsey agregó que el gobierno iraquí, encabezado por los chiitas, ha fracasado a su pueblo y que los líderes no llevaron a cabo su compromiso de formar un gobierno de unidad con sunitas y kurdos.
El vicepresidente Joe Biden habló por teléfono, el miércoles, con el primer ministro iraquí, Nouri al-Maliki, al igual que con líderes sunitas y kurdos a quienes destacó la necesidad de un gobierno de unidad que pueda hacer frente a la amenaza de los militantes.