La embajadora de Estados Unidos ante la ONU y actual presidenta del Consejo de Seguridad, Nikki Haley, advirtió el lunes que la corrupción es el gran flagelo contra el que se enfrenta el mundo.
Citó, entre otros ejemplos, el caso de los gobiernos de Venezuela e Irán que, dijo: “No existen para servir a su gente y sino para servir sus propios intereses y la corrupción es el medio por el cuál lo hacen”.
A tiempo de presentar sus argumentos sobre la corrupción y su directa relación con los conflictos en el mundo, la embajadora Haley destacó que: “Los regímenes corruptos no pueden ser ignados, desechados o tratados en silencio o con susurros”.
Durante su discurso enfatizó en que si el Consejo de Seguridad va a cumplir su compromiso con la paz y la seguridad, debe abordarse la corrupción, y mencionó los esfuerzos de Estados Unidos para detener el lavado de fondos que son saqueados por los corruptos, mencionando de manera específica la denominada Ley Magnitsky.
“En países como el Congo, Nicaragua y Venezuela, donde la corrupción ha alimentado el conflicto o ha impedido su resolución, el Tesoro de los Estados Unidos ha impuesto importantes sanciones”, destacó la diplomática.
“En Venezuela, dijo la embajadora, el Tesoro ha impuesto sanciones específicas a los funcionarios del gobierno para evitar que muevan sus activos robados en el sistema financiero internacional. Y hemos hecho un esfuerzo adicional para garantizar que nuestras sanciones estén dirigidas directamente al régimen de Maduro y no al pueblo venezolano”, enfatizó Haley.
La diplomática estadounidense concluyó su intervención haciendo un vehemente llamado a asumir compromisos y dijo: “A aquellos de mis colegas que se toman en serio el cumplimiento de sus deberes como miembros del Consejo de Seguridad, les pido que adoptemos una visión más amplia. Si no tomamos en serio el tema de la corrupción ahora, nos condenaremos a enfrentar la violencia que crea en el futuro”, enfatizó la embajadora Hale.